Los comentarios que ha suscitado la infortunada intervención de Roberto Caballero Grande, miembro del Comité Ejecutivo Nacional de la Asociación Cubana de Técnicos Agrícolas y Forestales en el programa televisivo "Cuadrando la Caja" se cuentan por decenas. Una de esas decenas es la profesora Alina Bárbara López Hernández quien recuerda que "la papa no es originaria de Cuba; es un cultivo que surgió en los Andes y que, en el siglo XVI, cruzó el océano Atlántico para aclimatarse en Europa, donde su enorme rendimiento ayudó a erradicar hambrunas y convertirse en la base de la alimentación de muchos países·

Sin embargo, lo que en el Viejo Continente fue una solución efectiva, en Cuba se enfrenta a la incapacidad de la burocracia agrícola para producir y distribuir adecuadamente ese alimento esencial.

"La burocracia agrícola cubana es incapaz de lograr lo que consiguieron los campesinos medievales. A confesión de parte...

"PD: sobre que todo lo que le tiran en las placitas a la gente "camina", eso es real. Las personas famélicas son capaces incluso de recurrir al canibalismo cuando no hay otra salida. Que se cuiden nuestros robustos dirigentes si esto sigue así" expuso Alina Bárbara.

Alberto Arego también incursionó en el polémico tema sobre el consumo de arroz y papa en Cuba denunciando que la producción agrícola del país no logra satisfacer las necesidades básicas de la población. Los cubanos deben enfrentarse a mercados vacíos, precios exagerados y raciones insuficientes, mientras la burocracia asegura que ciertos alimentos “no se dan bien en Cuba” y que la población puede acostumbrarse a cualquier cosa que se le ponga en las placitas.

Las declaraciones de Caballero Grande se hacen extremadamente ofensivas al asegurar: “los cubanos comen arroz y papa, que no se dan bien en Cuba… no somos asiáticos para consumir tanto arroz y la papa cuesta mucho y se echa a perder casi la mitad”.

Sus declaraciones levantaron un polvorín provocado indignación en una población, que responde con comentarios como “trate de convencerme, inepto” y cuestiona la lógica de su argumento: “Si no se llenan con arroz ¿cómo va a subsistir el pueblo? La papa sí se cosecha y es muy útil en la cocina cubana".

Los ciudadanos critican que mientras ellos carecen de alimentos básicos, la cúpula gobernante y el turismo tienen acceso garantizado a productos que el cubano de a pie no puede adquirir. “Debiéramos cambiar el arroz y la papa por pescado, pero en el mar de Cuba dicen que no hay peces. La carne de res está vedada. Estos dos alimentos fundamentales solo son para la cúpula; a ellos nunca les falta”, denuncian en redes sociales.

La desesperación de la población es evidente. Según algunos expertos, las personas famélicas pueden llegar a extremos inimaginables cuando no tienen acceso a alimentos suficientes, lo que refleja la gravedad de la crisis.

Los cubanos critican los intentos de cambiar hábitos almenticios sin garantizar producción suficiente: “¡Dios mío, perdónalo! No sabe nada de agronomía. Es el colmo tratar de cambiarle los hábitos al pueblo en vez de producir lo que necesita”, señala Alberto Arego, evidenciando frustración por la mala gestión y la falta de soluciones reales. En muchas zonas, la papa llega a costar quinientos pesos la libra y apenas se distribuye, mientras los mercados oficiales y las placitas permanecen vacíos.

En un país de tierras fértiles y vegetación abundante, la incapacidad del Estado para garantizar alimentos básicos como la papa y el arroz refleja una contradicción insostenible: producir y distribuir lo que la población necesita debería ser prioritario, pero la burocracia sigue fallando, dejando al pueblo en la incertidumbre y el hambre cotidiana.

Fuentes: Profesora Alina Bárbara y Alberto Arrego

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