La Habana no es la excepción y está al borde del colapso mientras más de 1600 MW de déficit eléctrico paralizan a Cuba
Redacción de CubitaNOW ~ lunes 4 de agosto de 2025

Cuba amanece una vez más bajo el peso de una crisis energética que parece no encontrar salida. El país atraviesa uno de sus peores momentos eléctricos en los últimos años, con un déficit de generación que supera los 1600 MW y mantiene a millones de ciudadanos sin servicio eléctrico durante gran parte del día.
En La Habana, la situación se agrava con apagones generalizados y un nuevo calendario de cortes que afecta a toda la capital desde este 4 de agosto.
Durante el sábado 3 de agosto, la afectación alcanzó los 1756 MW a las 9:10 p.m., una cifra que ni siquiera coincidió con el pico de demanda, reflejando el nivel crítico del sistema eléctrico nacional. El panorama no mejoró el domingo. Por ejemplo, a las 7:00 a.m. el SEN apenas contaba con 2095 MW para cubrir una demanda de 3200 MW, lo que generó una afectación inmediata de 1140 MW.
"Más de 70 centrales de generación distribuida están fuera de servicio por falta de combustible, lo que representa una pérdida adicional de 501 MW", según datos oficiales. Las termoeléctricas también reportan múltiples unidades fuera de servicio, ya sea por roturas —como en la CTE Felton y la Diez de Octubre— o por mantenimientos prolongados.
Las limitaciones térmicas aportan otros 392 MW a la crisis, y aunque los parques solares generan hasta 520 MW , ese aporte resulta irrisorio frente a un déficit estructural creciente.
Ante esta situación, la Empresa Eléctrica de La Habana publicó un nuevo cronograma de cortes, que regirá desde el 4 hasta el 10 de agosto. El programa contempla interrupciones de entre 10:00 a.m. y 2:00 a.m., divididas en bloques alternos. También habrá apagones en la madrugada, afectando de manera rotativa a los bloques B1 a B6. La población, agotada por la falta de descanso, refrigeración y estabilidad, solo cuenta con el calendario para intentar organizar su día.
Las soluciones estructurales no aparecen, mientras miles de familias, hospitales, escuelas y centros productivos sobreviven al límite. Cuba enfrenta una crisis de energía prolongada, que se agrava con el paso de los días y sin ningún alivio visible en el horizonte.
El discurso oficial repite una y otra vez los mismos factores: embargo, falta de diésel, plantas viejas. Sin embargo, el malestar popular crece y se expande como la oscuridad que cada noche vuelve a cubrir el país. Desde occidente hasta oriente, el apagón ya no es excepcional, sino parte del paisaje cotidiano.