Un juez de inmigración en Miami ha ordenado la deportación de Jorge Luis Vega García, conocido como “Veguita”, un exteniente coronel del Ministerio del Interior (MININT) de Cuba señalado por graves violaciones a los derechos humanos durante su etapa como jefe penitenciario en cárceles de alta seguridad de la isla. La información fue confirmada por el periodista Mario J. Pentón, de Martí Noticias.

La decisión fue emitida el pasado 25 de agosto de 2025, y establece que Vega García debe ser removido de Estados Unidos. Sin embargo, el exoficial cuenta con plazo hasta el 24 de septiembre para presentar una apelación ante la Junta de Apelaciones de Inmigración (BIA, por sus siglas en inglés). Según los registros revisados por Martí Noticias, no hay nuevas audiencias programadas, lo que refuerza el carácter concluyente del fallo.

Vega García ingresó a Estados Unidos en enero de 2024 a través del programa de parole humanitario, llegando por el aeropuerto de Tampa. Su presencia en territorio estadounidense causó indignación en el exilio y entre exprisioneros políticos, quienes lo identifican como responsable directo de golpizas, confinamientos en celdas de castigo y presiones a presos comunes para hostigar a opositores.

“Veguita era temido en Agüica, tenía fama de sádico, de disfrutar con el dolor ajeno”, relató a Martí Noticias un exprisionero político radicado en Miami. Durante su carrera en el MININT, ocupó cargos de dirección en las prisiones de Agüica (Matanzas) y Canaleta (Ciego de Ávila), ambas conocidas por el maltrato sistemático a los reclusos.

El exoficial fue arrestado el pasado 5 de agosto de 2025, en un operativo conjunto de varias agencias federales. Su detención se produjo tras una solicitud enviada en marzo por el congresista Carlos Giménez a la secretaria de Seguridad Nacional, Kristi Noem, en la que pedía investigar a un centenar de ciudadanos cubanos vinculados al régimen, entre ellos Vega García.

El proceso contra Vega García es considerado emblemático por la comunidad del exilio en Miami, que durante años ha denunciado la llegada de antiguos represores amparados en programas migratorios.

“Es una victoria parcial. Falta ver dónde termina, pero al menos se ha reconocido oficialmente que un hombre con ese historial no puede quedarse en Estados Unidos disfrutando de la libertad que negó a tantos”, declaró el activista Luis Domínguez.

Fuente: Martí Noticias

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