Parece difícil de creer, pero en Cuba no hay azúcar ni para producir refrescos, por lo que la Empresa de Bebidas y Refrescos (EMBER) de Camagüey decidió recurrir a la “alternativa” de la fructosa como respuesta a la escasez de diversas materias primas.

A través del Grupo Empresarial Azcuba se obtuvo la fructuosa—un edulcorante obtenido a partir de frutas— para la elaboración de refrescos, “con un elevado impacto en el incremento productivo de la UEB de Florida al sustituir el azúcar”, explica un reporte de la prensa oficialista local.

De acuerdo con el mismo, la entidad confeccionó también saborizantes para vinos y vinagres utilizando el vino base, producido por la Empresa Cervecería Tínima, el cual permite ahorrar levadura, azúcar y alcohol.

El director general de la empresa, Liuven Veloz González, resaltó que, por otro lado, la Crema al Ron fue elaborada con el dulce de leche fabricado por la industria de Productos Lácteos, reduciendo el consumo de la graminia y alcoholes.

El periódico Adelante indicó que el año anterior las ventas netas de EMBER alcanzaron más de 350 500 pesos, cifra que representó un sobrecumplimiento del plan correspondiente al 152.51 por ciento. También destaca que “la carencia de materias primas como el ácido cítrico, la bentonita, azúcar crudo y levaduras, botellas nuevas, entre otras, afectan el desarrollo de varias líneas productivas”.

Desde el mes de noviembre, la entidad negoció con GEOCUBA para confeccionar otros productos en la nueva planta de envases flexibles de bebidas refrescantes Tinajito.

La escasez de azúcar golpea fuertemente, además de empresas, negocios estatales y privados del país. Establecimientos como la dulcería del edificio del Hotel Habana Libre, en las calles 25 y L del Vedado, se han quedado sin el producto, un panorama casi inverosímil en un país cuya historia está muy ligada a las grandes zafras.

Sin embargo, basta ver las cifras oficiales. La última contienda de la isla fue considerada la peor de todas, al lograr 480 000 toneladas de azúcar, poco más de la mitad de las 911 000 previstas. La actual campaña igualmente muestra deficiencias y las previsiones no son alentadoras.

En 2022, de los 35 centrales que se encontraban en molienda, solo cumplieron su plan de producción el Melanio Hernández, de Sancti Spíritus; el 14 de Julio, de Cienfuegos, y el Boris Luis Santa Coloma, de Mayabeque. La zafra de este año reporta un déficit de 95 000 toneladas contra lo previsto.

“La situación está asociada a problemas originados, entre otras cosas, por averías eléctricas y roturas de centrales. También ha faltado combustible y no se ha efectuado a tiempo la entrada de las piezas para medios de transporte y corte de caña, así como de gomas, baterías y otros recursos importantes del alistamiento de los centrales”, explicaba un directivo de Azcuba.

Otras dificultades en la industria que citó fueron el déficit de personal, incendios en cañaverales y robos de azúcar, con intimidación a los trabajadores de los centrales. El azúcar en Cuba se incluye dentro de la larga lista de productos que hoy no escapan de la inflación. En algunas ciudades, puede alcanzar precios de 160 pesos por libra.

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