El realizador y escritor cubano, Eduardo del Llano, reapareció en las redes sociales con otro análisis sobre la actualidad cubana y, en esta oportunidad, dedicó su texto al Movimiento San Isidro.

En un post que dejó en Facebook, el cineasta isleño llamó la atención sobre lo que están viviendo los activistas que integran este movimiento, muchos de los cuales se encuentran en medio de una preocupante huelga de hambre.

De igual manera, dejó claro que, aunque defiende el derecho a la libre expresión y se opone a los actos de repudio que se vivieron este fin de semana en la capital cubana, no cree en el MSI.

Asimismo, sugirió que estos chicos reciban atenciones médicas de profesionales de la isla, y no de la Cruz Roja como ellos han exigido.

Cubita Now reproduce sus palabras, de manera íntegra, a continuación:

Es inadmisible el resurgimiento de los actos de repudio y la violencia legitimada contra quienes piensan diferente y lo expresan de forma pacífica. El método nunca desapareció del todo, pero ahora ha tomado un segundo aire tan humillante como anacrónico.

Es obvio que el Gobierno no quiere conceder status de interlocutor político a la oposición, pero tendrá que hacerlo. Y mientras más pronto, mejor. Ha tenido mucho tiempo para escoger al más sensato y respetable en el campo opuesto; ahora deberá morder con lo que hay.

Ahora bien, tampoco creo en el MSI. Por lo menos, en lo visto hasta ahora. Sus acciones, más que responder a una plataforma coherente, a una estrategia razonada, se me hacen meras provocaciones, bufonadas, impromptus.

Tomar como bandera la condena a Denis Solís es un error, y el caso indefendible: hubo desacato reiterado contra un policía tan inocuo que incluso da las gracias al marcharse.

Y todos sabemos que en otros países la presunta víctima ni siquiera hubiera terminado la primera frase ofensiva antes de tener una rodilla en el cuello o varios tiros en la espalda.

¿Fue valiente su desafío? Tal vez… aunque también pudo deberse a que Denis sabía que podría ir preso, pero no terminaría en una cuneta con hormigas en la boca.

Salta a la vista que el MSI opta por armar revuelo, atraer la atención del mundo, y que menosprecia al gobierno -a quien llama cariñosamente “la dictadura”- por lo menos tanto como éste a él. Es sintomática la llamada a la Cruz Roja Internacional.

Si se requiere asistencia médica –y desde luego ya resulta necesaria- ¿por qué no pedir simplemente la cubana? ¿Acaso asumen que por ser nativa va a maltratarlos o envenenarlos, como en el patético delirio de Ruiz Urquiola?

Para que como nación tengamos no ya un futuro luminoso sino un futuro a secas, ambas partes tendrán que acostumbrarse a escuchar, a negociar, a ceder. Lo inaceptable, en todo caso, es que muera alguien. Son jóvenes cubanos con ideas que puedo no compartir, pero defiendo su derecho a tenerlas, expresarlas y promoverlas. De ser posible, de manera más madura y orgánica que la asumida hasta ahora.

Le pique a quien le pique, el Gobierno ha logrado hasta hoy controlar la pandemia con más eficacia que países diez veces más ricos, y encima ayudar a otras naciones. ¿Acaso es más difícil aprender a escuchar al que disiente, informar de los hechos mientras suceden y no con una papilla a posteriori, tener transparencia y respeto al ser humano?

 Tendríamos que crear con urgencia la vacuna CIUDADANA.

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