La policía de Utah confirmó la detención de Tyler Robinson, un joven de 22 años, como el principal sospechoso del asesinato del activista conservador Charlie Kirk, ocurrido el pasado miércoles durante un evento en la Utah Valley University.

El crimen, que ha sido calificado por las autoridades como un posible acto de violencia política, ha provocado una ola de reacciones a nivel nacional.

Kirk, cofundador de la organización Turning Point USA, participaba en una sesión de preguntas y respuestas cuando recibió un disparo en el cuello, aparentemente desde un tejado cercano. Murió poco después en el hospital. El atacante huyó por una zona boscosa, pero dejó tras de sí evidencia clave: una huella de zapato, una impresión de palma y un rifle de alta potencia con mensajes grabados de contenido ideológico.

La investigación avanzó rápidamente gracias a más de 7.000 pistas recibidas por el FBI y una confesión parcial que Robinson habría hecho a un conocido. Las autoridades creen que actuó solo, aunque se sigue analizando su actividad digital para descartar vínculos con grupos extremistas.

El gobernador de Utah Spencer Cox señaló que Robinson había mostrado un cambio de comportamiento en los días previos, volviéndose “más político y agresivo”. Este detalle fortalece la teoría de un crimen motivado por odio ideológico hacia figuras conservadoras como Kirk.

Donald Trump reaccionó con dureza, culpando a la “izquierda radical” por incitar al odio político. Además, anunció que se concederá póstumamente a Kirk la Medalla Presidencial de la Libertad, destacando su labor en la formación de jóvenes conservadores.

El asesinato ha encendido nuevamente el debate sobre la seguridad en eventos políticos y la creciente polarización en Estados Unidos.

Políticos de distintos sectores han condenado el hecho, mientras miles de personas han participado en vigilias y homenajes en memoria de Kirk.

Su cuerpo fue trasladado a Arizona a bordo del Air Force Two, donde se realizarán los funerales con la presencia de líderes conservadores. La nación sigue de cerca el desarrollo del caso, que ya es visto como un trágico símbolo del clima de tensión política actual.

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