Cuba, un país con una historia de avances en el sector de salud, hoy se enfrenta a una crisis sin precedentes. Ayer, compartí con ustedes la lamentable situación en el Hotel Douville, donde una infestación de chinches demuestra el grave deterioro de los servicios turísticos.

Hoy, el foco está en un tema aún más crítico: los hogares de ancianos en Ciego de Ávila, donde la salud y la higiene se encuentran en niveles alarmantemente bajos.

En un país donde los abuelos deberían ser tratados con respeto y dignidad, muchos viven en condiciones deplorables. La infraestructura de estos hogares está en ruinas. Las paredes están desgastadas, las camas deterioradas y la atención médica escasa.

Los ancianos se enfrentan a un sistema de salud colapsado, sin recursos y con un personal sobrecargado. Los pocos que aún intentan ofrecer cuidados no cuentan con las herramientas necesarias para hacer frente a la creciente demanda por el envejecimiento de la sociedad y la estable partida de los más jóvenes. .

El problema va más allá de la falta de medicamentos o tecnología médica. Se trata de una crisis estructural en la que la falta de inversión, la corrupción y el desinterés por parte de las autoridades han dejado a los más vulnerables a merced de una realidad desgarradora. Los hogares de ancianos, en lugar de ser un refugio seguro, se han convertido en espacios de abandono.

Es fundamental que los cubanos tomemos conciencia de la situación y exijamos soluciones. La salud y la dignidad de nuestros abuelos deben ser una prioridad y no podemos seguir ignorando la crisis en la que nos encontramos.

La pregunta es: ¿Hasta cuándo? ¿Hasta dónde llegará este abandono? Y lo más importante, ¿cuándo tomaremos acción?

Fuente: La Kinkalla TV

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