El dictador cubano Miguel Díaz-Canel anunció que el 2025 será el año en que su régimen impulsará la inteligencia artificial como una herramienta clave para el desarrollo del país. Sin embargo, sus declaraciones han sido recibidas con una oleada de críticas, especialmente por su falta de autocrítica y por ignorar las profundas necesidades económicas y sociales que afectan a los cubanos.

Entre las voces más destacadas, el activista pro derechos humanos y crítico del régimen cubano, Mac Jorge Castro, señaló a Díaz-Canel como un “sinvergüenza”. A través de sus redes sociales, Castro afirmó: “Mientras el pueblo sufre hambre y miseria, el ‘Puesto a Dedo’ habla de inteligencia artificial como si fuera a resolver los problemas que su propia dictadura ha creado”.

Dice Díaz-Canel que este 2025 se va a poner para la inteligencia artificial y aseguró que el año viene sí “venceremos”… ni una autocrítica o palabra de aliento para la familia cubana.

Sin vergüenza alguna. pic.twitter.com/rTrJfrxJKb

— Mag Jorge Castro🇨🇺 (@mjorgec1994) December 30, 2024

El discurso de Díaz-Canel, que evitó abordar la crisis alimentaria, el desabastecimiento crónico y la falta de servicios básicos, ha generado indignación entre los cubanos. Las declaraciones del mandatario, quien afirmó que “todo el mundo está hablando de inteligencia artificial y nosotros tenemos que ponernos para eso”, contrastan con la realidad diaria de un país donde millones luchan por sobrevivir en condiciones de pobreza extrema.

“La gente no necesita inteligencia artificial; necesita comida, agua y electricidad. Estos discursos vacíos son una burla para las familias que no tienen qué llevar a la mesa”, comentó un residente de Santiago de Cuba.

La desconexión entre el régimen y la población es cada vez más evidente. Mientras Díaz-Canel insiste en apostar por tecnologías futuristas, el pueblo reclama soluciones concretas e inmediatas para enfrentar la inflación galopante, la falta de medicamentos y el deterioro de las infraestructuras.

En redes sociales, las críticas se han multiplicado, no solo desde activistas como Castro, sino también desde ciudadanos comunes que consideran esta apuesta tecnológica como una distracción de los problemas reales. “Sinvergüenza es quedarse corto. Hablar de inteligencia artificial cuando no podemos ni conectarnos a internet sin restricciones es una ironía cruel”, escribió un usuario en Twitter.

El régimen cubano sigue sin ofrecer un plan claro para combatir la pobreza y las desigualdades estructurales, mientras la frustración del pueblo crece. La inteligencia artificial, para muchos, no será más que otra promesa incumplida en un país donde las necesidades básicas siguen siendo un lujo para la mayoría.

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