El reguetonero puertorriqueño Daddy Yankee no suelta el acelerador en los tribunales. Tras el mediático fin de su matrimonio con Mireddys González, el artista llevó su ofensiva un paso más allá y puso en la mira a quien fuera su mano derecha y amigo de años: Raphy Pina.

En una demanda radicada en el Tribunal Federal de Puerto Rico, Ramón Luis Ayala Rodríguez sostiene que Pina —junto con su exesposa, Mireddys— orquestó durante casi una década un entramado de fraude que habría manipulado contratos y desviado regalías por montos millonarios.

Según el escrito, el plan incluyó alterar registros de copyright para colocar a Pina como coautor de 15 éxitos sin haber participado en su creación, entre ellos “Runaway”, “Bella y sensual”, “La Rompe Corazones” y “De vuelta pa’ la vuelta”. La querella, presentada también a nombre de su empresa Los Cangris, Inc., invoca la Ley RICO, apuntando a la existencia de una estructura organizada que habría operado mediante compañías intermediarias, contratos falsificados y presiones para canalizar pagos de regalías fuera de su cauce.

El documento señala además al abogado Edwin Prado-Galarza y al asistente Andrés Coll-Fernández por presuntamente facilitar el andamiaje.

De acuerdo con el equipo del artista, las irregularidades salieron a flote a finales de 2024, cuando el “Big Boss” retomó el control de sus compañías tras separarse de Mireddys González. En esa revisión —que incluyó la asesoría de un exjefe del FBI en Puerto Rico— se habrían detectado estados financieros incompletos, correos eliminados y contratos adulterados.

Daddy Yankee solicita una compensación de tres millones de dólares y la corrección inmediata de los créditos de autoría y de los registros de derechos sobre las obras implicadas.

El golpe, además de judicial, es simbólico: la sociedad que marcó una era del reguetón se convirtió en uno de los litigios más ruidosos del entretenimiento latino, con potencial para reordenar —canción por canción— quién figura y quién cobra en el catálogo del ícono urbano.

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