Rainel Rodríguez Delgado, un cubano residente en Estados Unidos desde hace varios años, fue arrestado este lunes en Miramar después de presentarse voluntariamente a una cita programada con el Servicio de Inmigración y Control de Aduanas (ICE).

Rodríguez enfrenta una orden de deportación vigente desde 2019, pero contaba con un parole humanitario que le permitió iniciar el proceso para obtener la residencia permanente. Su familia asegura que siempre ha cumplido con los requisitos legales, incluyendo asistir puntualmente a todas sus citas migratorias.

“Siempre hemos hecho todo como corresponde”, afirmó su esposa. “Esta vez, sin embargo, no regresó a casa. Lo detuvieron en el lugar y lo trasladaron al centro de detención conocido como Alcatraz de los Caimanes, donde ahora esperan noticias sobre su posible deportación a Cuba”.

La detención ha generado alarma entre amigos y vecinos, que resaltan la trayectoria responsable de Rodríguez. “Rainel no es un criminal. Es un padre, un esposo, un hombre que ha hecho todo por hacer las cosas bien”, dijo su esposa, visiblemente angustiada. “Solo queremos que no nos separen”.

La pareja tiene una hija pequeña que, según allegados, aún no entiende por qué su padre no regresó a casa. La familia teme que la detención afecte gravemente la estabilidad emocional de la niña y la vida cotidiana del hogar.

El caso de Rodríguez ha puesto de relieve las dificultades que enfrentan inmigrantes con órdenes de deportación pendientes, incluso cuando cumplen con procesos legales y reciben permisos humanitarios. Su abogado explicó que se está trabajando para detener la deportación y asegurar que el proceso migratorio en curso se respete.

“La situación de Rainel refleja la vulnerabilidad de muchas familias que, pese a seguir todas las normas, enfrentan la posibilidad de separación por decisiones administrativas”, señaló un defensor de inmigración. “Es un recordatorio de que los procesos legales pueden ser largos y, mientras tanto, la incertidumbre pesa sobre los hogares”.

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