Su nombre es Giselle Muñoz Galluez y a través de las redes sociales ha compartido un relato extenso y detallado de la “pesadilla” que vivió recientemente en el Hotel Grand Memories, ubicado en el Cayo Santa María, de la provincia de Villa Clara.

Según explica, fue a la instalación el 31 de diciembre a recibir el año nuevo, pero para su sorpresa solo se encontró con “la desorganización del siglo”.

Llegó junto a su esposo, cerca del mediodía, y ambos tuvieron que esperar hasta casi las 7:00 pm para instalarse en su habitación.

“Me pusieron la manilla para poder consumir e ir a almorzar y me dieron el número de mi supuesta habitación, a la que no podíamos ir aún porque la estaban limpiando. La recepcionista nos dijo que a cada rato pasáramos a preguntar si ya estaba lista. Para no hacer muy larga la historia, recibí la habitación a las 6:20 de la tarde, junto con la mayoría de los demás clientes…”, relató en Facebook.

Asimismo, explicó lo que vivieron cuando fueron al restaurante a la espera de encontrar frutas por las que habían pagado y compartió un video de las escenas lamentables que se vivieron cuando una trabajadora repartió algunas uvas entre los huéspedes.

“Cena de 31 de diciembre sin carne de cerdo, sin comida prácticamente, sin personal para atender, que abasteciera la cantidad de clientes, no había donde sentarse, las únicas mesas libres estaban sucias y cuando las limpiaban les pasaban un trapo con el mismo que limpiaban todas las demás mesas, y sin una gota de cloro o algún otro desinfectante sabiendo que estamos en medio de un posible rebrote…”, cuenta.

En la habituación tampoco vivieron una historia de ensueño porque, recuerda, “el aire acondicionado no enfriaba, la ducha no tenía agua caliente, el televisor no tenía mando ni se veía porque tenía la pantalla partida y las colchas de taparse olían a nido de ratón”.

 “En fin, me siento estafada y está de más recordar que el dinero está muy duro de conseguir para botarlo así. No son cinco pesos, es mucho dinero”, finalizó.

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