El gobierno cubano salió este jueves a desmarcarse públicamente de cualquier relación con el narcotráfico, en una inusual conferencia de prensa que busca contener el impacto político de las revelaciones de Hugo “El Pollo” Carvajal, exjefe de Inteligencia de Nicolás Maduro, quien acusó directamente a La Habana de haber ideado la estrategia que dio origen al Cártel de los Soles.

Las declaraciones oficiales se producen en un contexto de creciente tensión regional y un aumento de la presencia militar estadounidense en el Caribe. Durante la comparecencia, realizada en el Centro de Prensa Internacional, altos funcionarios del Ministerio del Interior (MININT) y del Ministerio de Justicia afirmaron que Cuba “no es un país productor ni de tránsito de drogas”, reiteraron la política de “tolerancia cero” y recordaron la cooperación con Washington desde 2016 para combatir el tráfico de estupefacientes.

Según reportó EFE, los representantes del régimen destacaron incluso que existe intercambio de información en tiempo real con los guardacostas de Estados Unidos. Pero la conferencia también incluyó críticas directas a Washington. El coronel Juan Carlos Poey, jefe del Órgano de Enfrentamiento Antidrogas del MININT, calificó el despliegue militar estadounidense en el Caribe —centrado en Venezuela— como “una seria amenaza a la seguridad y soberanía” de Cuba.

La respuesta oficial llegó pocas horas después de que saliera a la luz una carta enviada por Carvajal a Donald Trump desde una prisión federal, en la que asegura que Cuba fue el “cerebro estratégico” que propuso a Hugo Chávez usar la cocaína como herramienta geopolítica contra Estados Unidos. De acuerdo con el testimonio, publicado por The Dallas Express, agentes cubanos habrían colaborado en la creación de la red criminal que luego derivó en el Cártel de los Soles y en operaciones de narcotráfico coordinadas con grupos como las FARC, el ELN y Hezbollah.

Carvajal afirma además que la Isla proporcionó armas, documentación y apoyo de inteligencia para operaciones en territorio venezolano, infiltró agentes en bases navales estadounidenses y logró sobornar a diplomáticos norteamericanos para convertirlos en informantes a favor de Caracas y La Habana.

Aunque Cuba evitó mencionar directamente la carta o el nombre de Carvajal, el tono defensivo de la comparecencia refleja la gravedad del escándalo. Según cifras oficiales, en lo que va de año se han incautado más de dos toneladas de droga, mientras el consumo interno —especialmente entre jóvenes— continúa en aumento, un problema que el gobierno sigue catalogando principalmente como asunto de “orden público”.

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