La historia de Ed Bambas, un veterano del Ejército de 88 años que aún trabaja 40 horas semanales en un supermercado de Michigan, conmovió profundamente a Estados Unidos y al mundo. Lo que comenzó como un relato de esfuerzo y necesidad terminó convirtiéndose en una avalancha de solidaridad que le devolvió al anciano la esperanza que creía perdida.

Bambas, cajero en una tienda Meijer de Brighton, vio cómo su vida dio un giro drástico cuando, en 2012, perdió la pensión que había ganado tras décadas de trabajo en General Motors. Aunque se retiró en 1999 con la expectativa de una vejez tranquila, la bancarrota de la compañía lo dejó sin ingresos estables y sin los beneficios médicos que sostenían a su familia.

El golpe más duro llegó cuando su esposa Joan, con quien compartió más de medio siglo de matrimonio, enfermó gravemente. Con la eliminación de la cobertura médica y casi todos los beneficios de su seguro de vida —solo le dejaron 10.000 dólares—, Bambas tuvo que vender su casa y otras propiedades para pagar los tratamientos. Joan falleció siete años atrás y, desde entonces, él ha tenido que mantenerse solo, trabajando jornadas completas para poder cubrir lo básico.

Su situación se hizo pública gracias a un video difundido por el influencer australiano Samuel Weidenhofer, quien lo entrevistó en la tienda donde trabaja. Allí, Bambas, visiblemente emocionado, explicó que no tiene otra opción más que seguir de pie ocho horas al día para sobrevivir. “Me quitaron la pensión”, relató entre lágrimas, recordando cómo su vida pasó de la estabilidad al desamparo financiero.

El video rápidamente se viralizó y tocó el corazón de miles de personas. Weidenhofer inició entonces una campaña en GoFundMe con el objetivo de darle “alivio, consuelo y la tranquilidad” de vivir sus últimos años sin la carga de la preocupación económica. En menos de 36 horas, la recaudación superó el millón de dólares, una cifra que para Bambas es difícil de procesar. “Salió de la nada, lo digo en serio”, dijo sorprendido al medio local WXYZ.

Esta ola de solidaridad no solo transformó el futuro del veterano, sino que también puso el foco en una problemática que afecta a miles de trabajadores jubilados que, tras la quiebra de grandes empresas, perdieron pensiones que consideraban garantizadas. El caso de Bambas se ha convertido en un símbolo de resistencia, pero también en un recordatorio de la fragilidad del sistema de retiro en Estados Unidos.

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