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Colapso económico en Cuba: economía retrocede 11% y el gobierno sigue sin respuestas

Redacción de CubitaNOW ~ lunes 14 de julio de 2025

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Los datos económicos presentados ante la Asamblea Nacional del Poder Popular no dejan espacio para el optimismo: la economía cubana ha retrocedido un 11% en los últimos cinco años, confirmando que el país se encuentra atrapado en una espiral de deterioro estructural sin perspectivas reales de recuperación.

Durante la más reciente sesión de la Comisión de Asuntos Económicos, presidida por el propio Miguel Díaz-Canel y el ministro de Economía Joaquín Alonso Vázquez, se reconoció que el Producto Interno Bruto (PIB) sufrió una contracción del 1,1% en 2024, muy lejos del crecimiento planificado del 2%. Más allá de las cifras, el balance evidencia el colapso de un modelo económico incapaz de sostener siquiera los servicios básicos o garantizar el consumo mínimo para la población.

El ministro culpó al “bloqueo”, a los conflictos internacionales y al encarecimiento de las importaciones, sin asumir la responsabilidad directa del Estado cubano en el diseño y sostenimiento de un sistema disfuncional que, tras décadas de promesas incumplidas, solo ha llevado al empobrecimiento generalizado del país.

La caída del 53% en las producciones primarias, la contracción del 23% en la industria y la pérdida de calidad y cobertura en los servicios, son síntomas de una economía que no puede alimentarse, producir ni atender a su gente. La agricultura colapsa, el ganado desaparece, la minería decrece y sectores claves como el turismo y la exportación de bienes no logran alcanzar siquiera el 70% de sus metas.

La situación se agrava por un endeudamiento externo asfixiante, una caída del 7% en los ingresos por exportaciones y el cumplimiento de apenas el 62% del plan de ventas de bienes al extranjero en lo que va de 2025. El turismo, otrora motor de ingresos en divisas, muestra un desplome del 25% en visitantes extranjeros respecto a 2024.

Frente a esta catástrofe, el Gobierno cubano insiste en parches y fórmulas obsoletas que no abordan el problema de fondo: la centralización absoluta de la economía, la falta de libertades para el emprendimiento, la persecución a formas de gestión privadas exitosas y la negativa rotunda a introducir reformas estructurales profundas.

Mientras tanto, los cubanos padecen el desabastecimiento crónico, los apagones de hasta 20 horas diarias, una inflación galopante y un mercado racionado que apenas ofrece productos básicos. La mayoría de las familias viven sin leche, sin proteínas, y con precios que duplican sus salarios. Y en medio de esta precariedad, el Estado sigue tratando de controlarlo todo, sin resultados.

La única salida viable para Cuba pasa por el reconocimiento del fracaso del modelo económico actual y la implementación urgente de reformas estructurales que permitan la liberalización de sectores productivos, la atracción real de inversión extranjera, y el fin del monopolio estatal sobre la economía. Mientras el poder político siga subordinando la economía a su ideología, Cuba continuará sumida en la miseria.

La Asamblea Nacional puede seguir discutiendo planes, cifras y ajustes, pero si no se cambia el sistema de raíz, el país no tiene futuro. Es hora de entender que sin apertura real, sin descentralización y sin libertades económicas, la recuperación es imposible. El pueblo cubano no necesita más excusas, necesita soluciones. Y para eso, hace falta voluntad política y un giro radical en el rumbo del país.



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