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El mismo guion de siempre: el nuevo plan económico de Cuba promete cambios sin tocar el verdadero problema

Redacción de CubitaNOW ~ domingo 26 de octubre de 2025

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El régimen cubano ha presentado un nuevo documento titulado “Programa de Gobierno para Corregir Distorsiones y Reimpulsar la Economía”, un texto que, bajo un ropaje técnico y de aparente renovación, repite el mismo discurso de los últimos 60 años. Promesas de “equilibrios macroeconómicos”, “reducción del déficit fiscal” y “control de la inflación” vuelven a aparecer como si fueran soluciones inéditas, cuando en realidad ignoran las causas estructurales del colapso económico del país: un modelo estatal ineficiente, asfixiante y completamente improductivo.

El plan, impulsado por el Consejo de Ministros, plantea una serie de medidas que apuntan a “restaurar gradualmente los equilibrios macroeconómicos”, mediante políticas fiscales, monetarias y cambiarias. En la práctica, esto se traduce en más impuestos, más controles y más regulaciones de precios, una receta ya probada —y fracasada— en innumerables ocasiones. Se habla de reducir el déficit fiscal mediante el aumento de los ingresos estatales, combatir la evasión del sector privado y racionalizar los gastos públicos, pero no se menciona de dónde saldrán los recursos ni cómo se fomentará la producción en una economía paralizada por la burocracia y el intervencionismo.

Uno de los puntos más reiterados del documento es el control de precios. El gobierno promete “perfeccionar los mecanismos de fiscalización” y mantener la vigilancia sobre productos básicos como leche en polvo, aceite o pollo. Sin embargo, la historia reciente demuestra que ninguna regulación puede detener la inflación cuando no hay oferta suficiente ni productividad real. En lugar de incentivar la producción, el Estado se limita a imponer topes y sanciones, ahogando aún más a los pequeños actores económicos que intentan sobrevivir fuera del sistema estatal.

El texto también insiste en avanzar hacia la “convertibilidad de la moneda nacional” y en crear un “mecanismo eficaz de asignación de divisas”. Pero, en un contexto donde el propio gobierno admite la dolarización parcial de la economía, resulta contradictorio hablar de soberanía monetaria mientras el peso cubano pierde valor día tras día. La falta de transparencia sobre la tasa cambiaria oficial y la continua manipulación del mercado de divisas son síntomas de un sistema que carece de confianza interna y externa.

Además, el programa propone la introducción de un Impuesto al Valor Agregado (IVA) y la “actualización” de tarifas de servicios básicos como electricidad, agua y transporte. En un país donde los salarios no cubren ni una fracción de las necesidades básicas, estas medidas solo incrementarán el costo de vida de los cubanos sin ofrecer soluciones tangibles al estancamiento productivo.

Lejos de una estrategia de reactivación económica, el nuevo plan del régimen parece más bien un ejercicio de retórica burocrática. Se evita hablar de reformas estructurales —como la apertura al mercado real, la descentralización económica o la libertad de empresa— y se mantiene la defensa del mismo modelo estatal que ha llevado a Cuba a su peor crisis en décadas.

El “Programa de Gobierno para Corregir Distorsiones y Reimpulsar la Economía” no es más que una repetición del mismo libreto socialista que promete ajustes sin transformación, medidas sin recursos y resultados sin cambios. Mientras el gobierno siga negándose a reconocer que el verdadero problema radica en el propio sistema, cualquier intento de corrección será, una vez más, un ejercicio inútil de papel y consignas.


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