Durante los Juegos Olímpicos de París 2024, una imagen capturada en el podio generó un momento de aparente camaradería entre atletas de Corea del Norte, Corea del Sur, y China. En la foto, que rápidamente se hizo viral, se ve a los jugadores de ping pong mixto de estos tres países sonriendo y posando juntos. Sin embargo, este gesto aparentemente inocente podría tener graves consecuencias para los deportistas norcoreanos.

El selfie fue tomado por el surcoreano Lim Jong-hoon, medallista de bronce en dobles mixtos junto a Shin Yu-bin, e incluyó a los campeones chinos Wang Chuquin y Sun Yingsha, así como a los subcampeones norcoreanos Ri Jong-Sik y Kim Kum-Yong. Mientras que la imagen fue celebrada en gran parte del mundo como un símbolo de unidad y deporte, en Corea del Norte ha sido recibida con preocupación por las autoridades del régimen de Kim Jong-un.

Corea del Norte es conocida por su estricto control sobre la interacción de sus ciudadanos con personas de otros países, especialmente aquellos con los que mantiene tensiones, como Corea del Sur. Según informes de medios como Daily NK, los dos medallistas norcoreanos han sido sometidos a un proceso de "limpieza ideológica" desde su regreso a Pyongyang, en un esfuerzo por erradicar cualquier influencia "no socialista" que podrían haber adquirido durante su participación en los Juegos.

El Ministerio de Deportes de Corea del Norte es el encargado de llevar a cabo estas evaluaciones, que buscan garantizar que los atletas permanezcan leales al régimen y no sean influenciados por ideologías extranjeras. Aunque los detalles exactos de las sanciones que podrían enfrentar los deportistas no han sido revelados, las consecuencias podrían ser severas. Ejemplos de castigos anteriores en el país incluyen críticas públicas prolongadas y, en algunos casos, trabajos forzados, como le sucedió al entrenador de la selección de fútbol después del Mundial de 2010.

La historia de esta foto, que para muchos representa un momento de fraternidad en el deporte, subraya las difíciles realidades que enfrentan los atletas norcoreanos, quienes deben cumplir con estrictas normas bajo la vigilancia constante del régimen. Lo que comenzó como un gesto amistoso podría terminar en un episodio sombrío para Kim Kum-Yong y Ri Jong-Sik, poniendo de relieve las tensiones políticas que aún persisten entre Corea del Norte y el resto del mundo.

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