Artista cubana Llilena Sussel denuncia acoso, allanamiento y abuso institucional
Redacción de CubitaNOW ~ lunes 28 de julio de 2025

Desde La Habana, la artista cubana Llilena Sussel ha levantado la voz en redes sociales tras sufrir un violento intento de allanamiento y una revictimización por parte de la policía.
El relato es crudo: “Entraron a mi casa, rompieron las rejas, la puerta. Puse una denuncia por daños, por acoso, todos mis amigos llamaron a la policía y solo contestaban que ya había sido reportado”.
Lo que siguió, según su testimonio, fue una cadena de atropellos, negligencias y una dolorosa sensación de desprotección.
Sussel, con más de una década trabajando en el ámbito cultural cubano, narró entre lágrimas que el atacante, junto a un vecino borracho y un herrero “drogadicto”, intentó entrar a su vivienda a patadas.
“No soy una mujer violenta y no estoy a salvo. Hice la denuncia y no estoy a salvo. ¿A quién tengo que llamar para que no archiven mi denuncia? ¿Cuánto cuesta una orden de alejamiento? Yo solo sé que tengo miedo”, escribió, despertando una ola de reacciones en Facebook.
La situación se agravó con el comportamiento del oficial que atendió su caso. “Me dijo en mi cara: ‘Esto es una denuncia para el montón. Te lo buscaste’. Me negó como artista y me puso ‘ama de casa’ en el parte. No leyó mi denuncia anterior ni se interesó en los hechos. Lo hizo como si me estuviera haciendo un favor”, denunció indignada. En un sistema donde no se reconoce la figura del artista como profesión legítima, el maltrato institucional se multiplica.
Las redes sociales estallaron con comentarios de apoyo, indignación y propuestas concretas. Yailis Mon escribió: “Tiene que poner la queja al MININT, al Consejo de Estado, hacer ruido. Cuando hacemos bulla, algo pasa. Se lo digo por experiencia.” Aimée Cabrera Álvarez aconsejó: “Cuídate y no dejes de hacer las denuncias a los lugares que tengas que ir.”
Otros como Diurizan Gallart e Isabel Hernández Rojas pidieron más claridad sobre el conflicto, sin justificar la violencia.
Más allá del caso puntual, la historia de Llilena revela una realidad alarmante: el abandono institucional, la corrupción y la violencia silenciada que enfrentan muchas mujeres en Cuba.
“No vamos a dejar de luchar por esto. No vamos a dejar que las cosas se queden así. Agradecemos el apoyo que ha hecho que esto llegue a más personas. Aunque todo parezca más en calma, seguimos sin estar a salvo”, concluyó.
Entre los comentarios, frases como “Esto es lo último, vergüenza debía darles” (Rosa Quintero), “Gracias a Dios no le pasó nada” (Ivón Ramos), y “En este país no hay quien viva” (Rosa Matos), pintan un país donde la justicia parece no estar al alcance de todos. Un país donde, como dice otra usuaria, “si protestas te caen arriba, pero si te violentan, se archiva tu denuncia”.
Del perfil de periodista Alberto Arego