Ancianos en Cuba revelan sus mayores deseos: helado, café y un simple paseo en coche
Redacción de CubitaNOW ~ sábado 23 de agosto de 2025

Un grupo de adultos mayores en Cuba compartió públicamente cuáles son sus mayores deseos, y lo que más impactó fue su sencillez: comer helado, beber café, pasear en coche o disfrutar de un pollo frito. Pese a lo modestos, estos anhelos se han vuelto inalcanzables en un país donde las pensiones no alcanzan ni para lo más básico.
La iniciativa fue impulsada por Yankiel Fernández, coordinador del proyecto humanitario Aliento de Vida, que celebró su décimo aniversario con esta campaña. En redes sociales, Fernández publicó imágenes de ancianos sosteniendo carteles con sus peticiones y lanzó un llamado a la solidaridad: “Si alguno puede ayudar y bendecir a alguno de ellos, estaré poniendo las fotos y sus deseos. El que desee ayudar me escriba al privado”.
Los testimonios conmueven por su simpleza. Dulce pidió “tomar helado, tener siempre café, leche”. Mercedes expresó su ilusión de “pasear en coche, ir al Submarino Amarillo, comer pechuga de pollo”. Adriano escribió que quería “tomar helado, comer pollo frito, tomar malta con leche”, mientras que Gladys soñó con “comer helado, galleta de soda, refresco de limón”.
Las imágenes se viralizaron rápidamente, generando un fuerte impacto entre activistas y usuarios, quienes destacaron que lo que en otros países es cotidiano, en Cuba se ha convertido en un lujo. La pensión mínima de 1528 pesos cubanos, equivalente a menos de cinco dólares en el mercado informal, no cubre alimentos básicos como pollo, leche o café, escasos o disponibles solo a precios prohibitivos.
Fernández subrayó que la campaña busca no solo “hacer el bien y anunciar el Evangelio”, sino también visibilizar la situación crítica de los jubilados. “Dios toque su corazón y pueda bendecir a los abuelos con cosas tan insignificantes, pero que con sus pensiones resultan imposibles”, escribió.
La acción generó decenas de reacciones en redes sociales: algunos usuarios expresaron tristeza e indignación, mientras otros ofrecieron apoyo directo para cumplir los deseos de los ancianos. Para muchos, la iniciativa refleja con crudeza cómo un sistema en crisis ha dejado desprotegidos a quienes entregaron toda una vida de trabajo.