Volar en paramotor sobre las aguas turquesas de Varadero es una experiencia reservada para muy pocos en Cuba. Aunque resulta atractiva para los amantes de la aventura, su precio la convierte en un privilegio casi exclusivo. La influencer cubana Flavia Blanco compartió en sus redes sociales un video de su vuelo en paramotor, destacando la belleza y singularidad de esta actividad aérea.
El servicio es ofrecido por la empresa We Fly Varadero, que cobra 25,000 pesos cubanos para los ciudadanos nacionales y 100 dólares para los extranjeros. El paquete incluye transporte al punto de despegue, el vuelo en sí y un video como recuerdo de la experiencia.
Este tipo de vuelo no requiere pista de despegue, gracias al motor que impulsa el parapente desde tierra. Además del paramotor, los turistas también pueden acceder a saltos en paracaídas ofrecidos por Skydive Cuba, con un costo de 200 dólares para extranjeros y 24,000 pesos para nacionales. Ambas opciones pertenecen al Club de Aviación de Cuba y forman parte de una estrategia para diversificar las opciones turísticas en la Isla. A pesar de ello, el acceso sigue siendo extremadamente limitado para la mayoría de los cubanos, cuyos salarios mensuales apenas sobrepasan los 4,000 pesos.
"Vivir la experiencia de volar sobre el mar caribeño contrasta fuertemente con la dura realidad cotidiana que enfrentan millones de cubanos", una situación marcada por la escasez de alimentos, apagones continuos y un poder adquisitivo extremadamente bajo.
Mientras algunos pueden costear una aventura aérea que vale hasta seis veces el salario mensual promedio, otros luchan diariamente para alimentar a sus familias o acceder a productos básicos. Esta desigualdad creciente ha generado numerosas reacciones en redes sociales, donde muchos usuarios critican la brecha entre los pocos privilegiados y la gran mayoría marginada.
"El contraste entre los vuelos turísticos y la lucha por la supervivencia diaria refleja con crudeza la fragmentación social en Cuba", donde el turismo sigue siendo una fuente clave de ingresos pero beneficia a una parte muy limitada de la población.
La situación del turismo en Varadero también se ha visto afectada por la crisis económica. Muchos hoteles se encuentran con baja ocupación, las infraestructuras están deterioradas y los servicios básicos no logran cubrir las necesidades de los visitantes, a pesar de los intentos del gobierno por promover la Isla como un destino turístico competitivo.
Frente a esta realidad, la imagen de una influencer disfrutando un vuelo panorámico se convierte en símbolo de una Cuba dividida. Mientras algunos pueden permitirse lujos con precios internacionales, millones enfrentan una rutina marcada por la escasez, la frustración y la impotencia. En este contexto, actividades como el paramotor no solo representan una opción recreativa, sino también un espejo de las profundas desigualdades que marcan el presente del país.