Todo inició después de que una migrante cubana se quedara sin trabajo, algo que sucedió a los cuatro meses de que esta llegara con su familia a Ciudad Juárez.
Ella y su esposo todas las semanas reunían unos pesos mexicanos: “hasta que llegó el momento. La idea de tener un negocio rondaba por su cabeza, ante los bajos salarios y la llegada de más migrantes que esperan su número para cruzar ordenadamente hacia El Paso, Texas, y solicitar asilo político en Estados Unidos. Como ellos: una familia formada por un licenciado en optometría, una doctora estomatóloga, y dos expertos en gastronomía”, relata Cubanet Noticias.
Pero esos no eran los únicos, cada día llegaban también otros migrantes de diversas nacionalidades y los que cada día son retornados a México para esperar sus citas con el juez, dentro del controversial acuerdo del MPP.
Así que, los potenciales clientes aumentaban con la espera. Fue entonces que nació “Sabor
Cubano”: “un pequeño local de tamales cubanos, frituras y batidos de su añorada
Matanzas”.
“Yo veía que no había mucho trabajo y se dificultaba, y no es lo mismo ser dueño de tu mismo negocio, que sabes que nadie se te va a botar”, dijo al citado medio Ernesto
Pagés Leyva, un licenciado en optometría de 36 años, que se encarga de la promoción.
“Me fui por tres frituras y los batidos. Exquisito todo, como lo tenemos en Cuba, por eso fue tan linda la experiencia”, relata Yaneisi Verdecia, una abogada y asesora jurídica empresarial, nacida en Granma hace 31 años, que ha sido víctima de dos intentos de desaparición o secuestro en los cinco meses que lleva en Juárez.
“Es inspirador, pero no quisiera tener un negocio porque Juárez no es segura. Y es un poquito más riesgoso quizá como no son mexicanos y están menos prevenidos, cualquiera puede aprovecharse con facilidad”, señala la abogada.
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