El ministro de la Industria Alimentaria, Manuel Sobrino Martínez, sacó pecho este martes en la Mesa Redonda sobre los supuestos esfuerzos de la Revolución para garantizar la leche a un millón de niños.
“Un gobierno neoliberal hoy estuviera cobrando 125 pesos (…) la Revolución, el Gobierno cubano asegura esa leche sin tener en cuenta prácticamente los gastos”, dijo.
Sin embargo, el economista Pedro Monreal afirmó tras la Mesa Redonda que “la comunicación oficial sobre la crisis de seguridad alimentaria en Cuba es tan ‘convincente’ como las ‘soluciones’ de política económica que han sido incapaces de mostrar efectividad respecto al nudo de la crisis: la falta de respuesta de la oferta nacional agropecuaria”.
“Las causas de la inseguridad alimentaria en Cuba son múltiples, pero el relato oficial privilegia lo circunstancial (pandemia, sequía, perturbaciones en cadenas productivas) y lo geopolítico (acciones de Estados Unidos, guerra en Ucrania), minusvalorando los factores internos”.
“La infravaloración de lo interno incluye el escamoteo de datos y la presentación fragmentada de cifras, así como el uso de un vocabulario nebuloso (‘no andan bien’, ‘limitaciones financieras y otros factores’, ‘han cogido un camino distorsionado’, etc.) La narrativa oficial incluye propaganda dura y pura basada en la fabulación sobre ‘las 63 medidas para impulsar el sector agropecuario, que son transformadoras y diferentes’, a pesar de que a dos años de su aplicación la estadística oficial no avala su utilidad práctica”.
“La ‘explicación’ sobre la crisis roza lo surrealista cuando trata de ‘vender’ la noción de que se ha sacrificado la expansión del turismo (que se traga más de un tercio de la inversión nacional) para abastecer la canasta básica (al agro solamente va 2,6% de la inversión)”.
“Es conveniente comentar varios puntos de la ‘explicación’ de la Mesa Redonda del 17 de octubre y pudiera comenzarse con la leche. La reducción de la oferta total debido a las menores importaciones no es una fatalidad, sino el resultado de una crisis interna de larga data”.
“En 2022, la producción nacional de leche fresca fue 37% menor que la producida en el peor año del ‘período especial’ (1993). Luego hubo un rápido aumento del peso relativo del sector estatal, la mayoría constituido por pequeños productores con muchas limitaciones”.
“Las importaciones compensaron la reducción de la producción nacional, registrándose oscilaciones en ambos indicadores. Después de una recuperación entre 2010 y 2015, las importaciones de leche entraron en una tendencia decreciente que se mantiene hoy”.
“Los problemas de oferta internacional asociados a la crisis relacionada con la pandemia causaron aumentos en los precios internacionales de la leche, pero desde 2022 los precios se redujeron y en 2023 se han estabilizado a niveles muy inferiores a los de 2022”, concluyó el economista Pedro Monreal.