Una periodista del periódico oficialista Girón, de Matanzas, reconoció que la condena al trovador cubano Fernando Bécquer, acusado de abuso sexual por decenas de mujeres, la dejó inconforme, como a muchas otras personas.
Sobre el caso, la columnista recordó cómo en el momento en que las acusaciones salieron a la luz, “varios de sus colegas (del cantautor) no solo salieron en su defensa a ultranza, sino al ataque prejuiciado de varias de sus víctimas, tarea que completó más tarde el propio Bécquer con amenazas e insultos directos desde sus redes sociales”.
“La polémica sentencia al trovador no dejó conforme a muchos, entre los que me incluyo”, escribió, aunque defendió seguidamente que la sentencia sirvió como “un precedente importante para el futuro tratamiento de estos casos y dejó clara la urgencia de transformar nuestras leyes”.
“Varios de los que lo defendieron no pudieron más que callar mientras en octubre pasado se le declaraba culpable. Aun así, el odio otra vez se hizo sentir contra quienes expresaban su inconformidad con la condena o cuestionaban el fenómeno”, señaló.
La autora llama la atención acerca de “las muestras, cada vez más frecuentes, de aplaudidos mensajes de odio en redes sociales, especialmente desde ciertos espacios pseudoculturales y figuras públicas que contribuyen a promover y amplificar el rechazo en torno al feminismo y algunos de los temas más complejos de su agenda en el contexto cubano actual”.
“El feminismo ha sido y es incómodo. Desde las sufragistas hasta nuestros días, enfrentar las desigualdades, desmontar la cultura patriarcal y construirnos como movimiento en medio de un mundo extremadamente machista y conservador ha implicado incomprensiones, burlas, ataques de odio e incluso represión”, expresa al comienzo del artículo.
A finales de octubre, poco después de conocerse la sentencia de cinco años subsidiados con trabajo correccional sin internamiento por el delito de "lascivia", aplicada a Bécquer, circularon en redes sociales imágenes del trovador caminando por las calles del Vedado, en La Habana.
“Abusador de más de 30 mujeres y sentenciado (según la dictadura) a 5 años de prisión domiciliaria se pasea por las calles del Vedado como si nada hubiera pasado… Esta es la justicia revolucionaria a la que se refiera la FMC”, cuestionó el activista Adelth Bonne Gamboa.
“El juzgamiento fue solo simbólico y la sanción irrisoria. No se corresponde con la gravedad de los hechos. Este señor es un depredador sexual. ¿Qué mensajes nos está mandando? Si sales a protestar te tocan hasta 30 años de cárcel, pero si abusas sexualmente de las mujeres, no pasa nada. Son una vergüenza total. Especialmente los jueces. ¿Así protegen a las mujeres contra la violencia y abusos sexual? ¿Esas son las garantías de que hechos como esos no se repitan?”, denunció la organización independiente Cubalex tras conocerse la sentencia.
Varios activistas y víctimas del músico denunciaron incluso que Bécquer esperó el juicio en libertad y con presentaciones artísticas en espacios públicos estatales y bares privados de La Habana, una condición muy distinta a la que han vivido, por ejemplo, manifestantes del 11j, activistas y opositores.
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