El último día del rodaje del documental sobre el 27N, dirigido por Juan Pin Vilar cerró un ciclo de cambios profundos. El realizador argumentó que, esencialmente, "vale la pena para mí crecer como cubano". Gracias a esos jóvenes creativos, valientes, desconcertados, asustados y románticos, conozco otro planeta lleno de compatriotas con su propio aire, sus nuevas maneras de pintarse los labios, de acomodar el amor y la solidaridad, de tener otra relación afectiva y gráfica con la historia de la revolución, que es el contexto de mis antepasados y el mío durante seis décadas.
Pero llegar a los 62 años y comprender cada vez menos el sentido de vivir tanto tiempo, es un ejercicio mental agotador y despingante" .
Como siempre, con su forma de ver la vida acorde con su modo de cubana expresión, el hijo de Martha y Vilar dijo: "agradezco a Alina Bárbara López Hernández, Cuba x Cuba, Ernesto Morales, Ricardo Figueredo y Jennifer Rodríguez".
Aquel acontecer histórico de aquel 27 de noviembre de 2020 se recoge en toda su plenitud en el material de Juan Pin. Ese día artistas cubanos exigieron la libertad de expresión frente al Ministerio de Cultura. Rostros visibles lejos del activismo dentro de la Isla por presiones o en el exilio se unieron al movimiento.
El chispazo de aquella manifestación del 27 de noviembre de 2020 fue la primera piedra de meses convulsos en la Isla, que llegaron a su momento de mayor tensión con las movilizaciones del 11 de julio de 2021, las mayores protestas antigubernamentales desde el Maleconazo 1994 no se había visto cosa igual. Ninguna de las manifestaciones que antecedieron al 11J no pudieron ser sin la solidaridad.
En aquella ocasión, según cifras extraoficiales, cerca de 300 personas protagonizaron una sentada afuera del Ministerio de Cultura en protesta por la detención de integrantes del Movimiento San Isidro, del conocido artista sentenciado a 6 años de prisión, Luis Manuel Otero Alcántara.
Fue un momento en el que muchos dijeron por primera vez y en alto lo que pensaban de forma colectiva. "Fue una salida del clóset", rememoró Tania Bruguera, una de las artistas más reconocidas en ese movimiento, afincada en EEUU.
Los manifestantes lograron un acuerdo preliminar con el Ministerio de Cultura, luego de más de cuatro horas de reunión entre una treintena de representantes del grupo y autoridades. Entre los participantes en aquel encuentro estaba Yunior García, exiliado en Madrid, quien a la postre se le recordaría por la plataforma Archipiélago, que convocó la frustrada marcha disidente del 15 de noviembre de 2021, desautorizada por las autoridades.
Para muchos de los integrantes de aquel colectivo, ese diálogo sentó un precedente. Logró que el gobierno legitimara a un grupo disidente como interlocutor y unificó, por primera vez, a la sociedad civil.
El diálogo se rompió en enero de 2021 cuando una veintena de activistas y artistas independientes se concentraron en la sede del ministerio y acabaron siendo detenidos. Tras varios encontronazos verbales entre activistas y funcionarios, el (anti) Ministro de Cultura, Alpidio Alonso, propinó un manotazo al teléfono móvil de uno de los asistentes, gesto que quedó grabado no sólo por un móvil, sino quedó grabado en la conciencia de todos los intelectuales y los que no lo son, pero quieren la libertad de su patria.
Según recordaron algunos de los protagonistas, los artistas que se quedaron en Cuba han ido dejando el activismo, al menos de forma pública, por las presiones de la seguridad del Estado. Llópiz-Casal, por ejemplo, aguantó hasta 2021: “(Uno) humanamente se va desgastando y la realidad cubana te pasa por encima”.
Solveig Font que vive en Madrid argumentó: “Es lógico, normal (que los que se quedaron tengan perfil bajo). Es una pena que dos años después Cuba haya ido a peor en casi todo”. El 27N funcionó como un pegamento que cohesionó a personas de un amplio abanico ideológico bajo una agenda en común.
Tania Bruguera destacó que a diferencia de lo que sucedió después del 11J, en el colectivo de manifestantes que protestó frente al Ministerio de Cultura no había una cabeza que representara a todos.
“La sociedad ya no es la misma. La gente no quiere a otro líder al estilo Fidel”, reflexionó en referencia al expresidente y líder de la revolución cubana, Fidel Castro. Muchos analistas han plasmado que desde entonces que no ha habido un grupo disidente que haya podido capitalizar el descontento de las protestas desde el 11J.
Juan Pin Vilar
Spoon Rouge, 2025.
Fotografías: Makinovski & Prado & Jenny