En medio de la profunda crisis sanitaria que atraviesa Cuba, la Unión Europea ha destinado 8,5 millones de euros (unos 9,7 millones de dólares) a un nuevo programa de impulso biotecnológico en la isla. El proyecto, llamado Biotec-Cuba, busca fortalecer la industria farmacéutica y biotecnológica del país, así como fomentar el intercambio regional de biofármacos en América Latina y el Caribe.
De acuerdo con medios estatales cubanos, el objetivo principal es mejorar las capacidades de investigación, producción y regulación de medicamentos innovadores. A través de esta iniciativa también se pretende capacitar al personal científico y alinear la industria local con estándares internacionales.
La iniciativa cuenta con la participación del Ministerio de Salud Pública cubano, el grupo estatal BioCubaFarma, la Universidad de La Habana y el Centro para el Control Estatal de Medicamentos, Equipos y Dispositivos Médicos. También colaboran organizaciones internacionales como la Organización Panamericana de la Salud (OPS) y el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD).
El componente principal del programa, titulado “Fortalecimiento de capacidades de la industria biotecnológica y farmacéutica de Cuba”, está siendo implementado por el PNUD, BioCubaFarma y la Universidad de La Habana. Esta parte del proyecto recibirá una financiación específica de 6,6 millones de euros, destinada a mejorar la producción de insumos para ensayos clínicos en la isla.
Además de ampliar la capacidad investigativa y productiva, otro de los ejes clave del programa es modernizar los mecanismos de regulación y gestión digital de información médica, con el objetivo de que los productos biofarmacéuticos cubanos puedan cumplir con las normas internacionales y facilitar su inserción en mercados externos.
Pese a la envergadura del proyecto, el anuncio ha generado preguntas en sectores críticos del gobierno cubano, que señalan la paradoja de invertir millones en biotecnología mientras hospitales en la isla enfrentan carencias severas, desde medicamentos básicos hasta insumos quirúrgicos.
No obstante, los organizadores defienden la propuesta como un paso hacia la sostenibilidad y el acceso equitativo a tratamientos innovadores. La UE, que ha mantenido una relación de cooperación técnica con Cuba en áreas clave, ve en la biotecnología un sector estratégico con potencial de impacto regional.
Por ahora, el éxito del programa dependerá de su implementación real, la transparencia en el uso de fondos y la capacidad del sistema cubano de traducir esta inversión en beneficios tangibles para su población, en un contexto marcado por el deterioro económico y la migración masiva de profesionales del sector sanitario.
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