Es un hecho cierto que la familia Gurriel siempre a sido muy mediática, tanto en Cuba como en los Estados Unidos y por supuesto el Yuly y Yunito siempre se han llevado los titulares detrás de su muy conocido y siempre recordado padre Lourdes Gurriel, uno de los bateadores más oportunos den la pelota cubana.
Hoy el periodista Jorge Ebro nos acerca al mayor del trío, quien fuera un excelente jardinero central y aceptable bateador y llegó a integrar el equipo CUBA con sus dos hermanos, algo significativo en la historia de la pelota cubana.
Yunieski no llegó a Estados Unidos con la misma estrella que sus hermanos; él sabía que no podía soñar con la Gran Carpa, sin embargo, optó por otra vía y muy bien que la ido.
Y es que el Juni se ha convertido en un sinónimo de maestro del bateo y a su caja acuden decenas de peloteros de todos los niveles y talentos. Tanto es así que el mayor de los Gurriel es reconocido como un gran entrenador.Sin estridencias, pero con una constancia tremenda, el espirituano se a ido ganando la confianza de muchos que depositan en sus manos la fortuna de sus carreras, incluyendo sus hermanos.
Lo que comenzó como una idea tras una práctica de entrenamiento de Yuli y Yunito, se ha convertido en una preciosa realidad que hoy día es toda una institución porque decir Yunieski Gurriel es sinónimo de éxito, de mejoramiento al bate, de disciplina y constancia para sus discípulos.
Él es el primero en reconocer que no fue ese bateador enorme que sí son sus hermanos u otros de sus clientes, pero muchas veces el maestro no resulta el mejor, sino el que observa más.
Fue así que decide convertirse en coach de bateo: "Fue un caminito largo. Yo llegué a este país y no tenía nada qué hacer. Ya no estaba jugando. Un amigo me dijo que debía dedicarme a hacer algo, ponerme a trabajar. Un día fui a ver una práctica de mis hermanos y cuando nos montamos en el carro les dije que iba a ser su coach de bateo’’.
Pero era solo un deseo. “Entre risas y cosas me puse a estudiar, a analizar. Yo nunca había sido coach de nadie. Todo lo que yo tenía era del juego. Digo que allá arriba hay un Dios y las cosas se me fueron dando poco a poco. Un coach de universidad me llamó para ser parte de su equipo. Estuve allí por dos años de coach de bateo. Me fue bien y allí me dije que esto era lo mío. Empecé mi negocio con dos hijos de un amigo de mi papá. Al tiempo empezaron mis dos hermanos y hoy día somos unos cuantos por aquí ya’’
No debió ser fácil para Yunieski tomar ese camino si tenemos en cuenta que sus primeros alumnos y a la vez críticos eran sus hermano pero siempre me alentaron. “Yuli me dijo que empezara el negocio y que íbamos a ver. Mis hermanos me quieren con la vida como yo a ellos, pero hay que ser muy ingenuo para soltar una carrera como la de ellos a cualquiera solamente porque sea un hermano. Las cosas no son así. Estuve un año entero trabajando con niños y Yunito me dijo entonces: ‘el año que viene voy a trabajar contigo porque me gusta lo que estás haciendo. Entraron juntos los dos’’
A todas estas, papá Lourdes no sólo daba consejos sino que se incorporó a la faena: "mi papá se incorporó conmigo. Me empezó a ayudar, a apoyar. Me daba consejos.
Me dio el mejor consejo para este negocio: cuando estás trabajando, lo primero que debes hacer es apreciar el esfuerzo de quien te está pagando esa clase. Cuando aprecies eso, tus clases van a ser mejores todos los días. También me dijo que cuando llegara a casa debía hacerlo con la conciencia tranquila de haber entregado lo mejor. Eso lo he llevado a través del tiempo’’.
Yuni tenía que enfrentar la realidad de que muchos y muy buenos entrenadores de bateo existían pero no se amilanó ni se sintió inferior: “Hay muchos coaches y creo que todos hacemos un buen trabajo. La diferencia está en cómo se identifica el jugador contigo. Si logras la química entre los dos las cosas te van a ir bien. Todos somos buenos, estamos llenos. No es que Yunieski tenga todos los jugadores. Todos tenemos trabajo, los jugadores están felices. La diferencia está en la química’’.
En relación a la diferencia de edad entre sus hermanos con vistas a planear el entrenamiento, Yuni respondió: “Hay diferencias de edad, pero los dos se integran al entrenamiento como si fueran iguales. La ventaja que tengo con Yuli es que me puede aportar toda su experiencia. Yunito me agrega toda esa energía. Uno se nutre del otro. Ahí vamos los tres junticos y gracias a Dios nos ha ido bien’’.
Sobre su opinión sobre si Yulieski podrá jugar otra emporada en a MLB argumentó: “A todo el que me pregunta solo le digo que lo único que debe hacer es venir para que lo vea entrenar. Véanlo entrenar y ustedes me dicen si el tipo está listo o no. El año pasado pensaron que no podía y lo vimos dándole a lanzamientos de 100 millas por hora. Fajado con todo el mundo, como si tuviera 20 años’’.
Yunieski Gurriel considera que para él ha sido difícil trabajar con sus hermanos. Como jugador no bateé, no me destaqué por lo que hago ahora mismo, comparado con mis hermanos y todos los que entrenan conmigo. No creo en la teoría de ue si no fui bueno al bate no puedo entrenar a otros. Es cuestión de enfocarse en el trabajo de cada cual. Es como enfrentes el trabajo, lo que estás haciendo. Le digo a Yuli cómo es que debe trabajar. Todo está en enfocarte y tener disciplina para que crean en ti’’.
¿Cuál es tu meta final? cuestionó Ebro: “Que cuando se hable de bateo mi nombre se mencione ahí. Que cuando se hable de coaches de bateo, la gente diga: Yuni. No primero que este o el del otro, pero que se mencione mi nombre en ese grupito ahí’’.
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