El economista cubano Pedro Monreal ha salido nuevamente con una esclarecedora reflexión sobre las medidas económicas que se implantan en Cuba desde el primero de enero de 2021.
Para este especialista es válido aclarar que el Ordenamiento es una opción de entre tantas que pudo tomar el gobierno cubano para tratar de superar la precaria situación en la mayor de las Antillas.
Desde los comentarios a su publicación otro reconocido economista cubano el Doctor Oscar Fernández, apoya este análisis “Así es. Todos los economistas que leí en los últimos meses pensamos igual y sugerimos lo mismo”.
A los cubanos que luchan día a día para llevar el pan a la mesa les debe sin dudas interesar esta atinada reflexión:
Eliminar la irrazonable equivalencia que hacía que 1 CUP fuera tan fuerte como 1 dólar, reducir millonarios subsidios a las empresas estatales y pagar mejores salarios estatales han sido necesidades. Tratar de resolverlas mediante el paquete llamado “ordenamiento” ha sido una opción.
Debería quedar claro que necesidad y opciones son dos cosas muy distintas y que conviene ponerse en posición de alerta cada vez que se intenta hacer pasar por necesidad lo que en realidad es una opción.
Eliminar deformaciones estructurales de la economía cubana es una necesidad, entendida como requisito, como “cosa” indispensable para poder avanzar hacia el desarrollo. En cambio, el “diseño” de las medidas económicas se ubica en otro plano: la oportunidad de escoger.
No hay nada de necesario en no haber creado capacidad de respuesta de oferta (p.ej. reformando la institucionalidad del agro y creando PYMES) antes de lanzarse a incrementar la demanda multiplicando salarios. Ello reflejó la selección de una preferencia. No era ineludible.
Diseñar política económica es tanto un ejercicio de selección “en positivo” (lo que se hará) como un ejercicio de “discriminar” lo que no se hará, muchas veces sin que exista para ello una racionalidad económica, sino por criterios ubicados en otros planos.
En materia de política económica, que es el ámbito esencial del “ordenamiento”, la pregunta clave no es tanto si el paquete económico funcionará, sino para quienes “funciona” el “paquete” y para quienes no funciona. El desconcierto de los precios ofrece algunas pistas.
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