La víspera, el Gobierno de España devolvió a Turquía a Luis Carlos Falcón Moreno, un cubano que la semana pasada recibió la negativa de petición de asilo político en el aeropuerto de Barcelona.
"Ya regresé a Estambul, todo bien por aquí. Por suerte no tuve problemas para volver, tengo gente conocida aquí", comentó a 14ymedio Falcón Moreno, que deja en España a una esposa georgiana y a su hijo pequeño con residencia legal.
"Me dijeron que por el coronavirus no me podían dejar entrar al país, para no buscarme un problema lo acepté, pero no fui deportado. Yo esta semana lo intenté por la vía legal, ya buscaré otra forma de llegar", aseguró el antillano al sitio.
La resolución de la Oficina de Asilo y Refugio del Ministerio del Interior explica que la petición de Falcón Moreno fue "desestimada" porque "no se cumplen los criterios".
"Ahora tengo un mes para presentar un recurso potestativo de reposición en la Embajada y mi abogada en España también. En caso de que mi recurso sea aceptado tendría que regresar. Después de este recurso tengo otro proceso también que dan en España de dos meses para hacer otra apelación, tengo en un periodo de tres meses dos posibilidades más de defender mi caso", comentó desde Estambul el cubano de 35 años.
Por otro lado, Falcón Moreno señaló que trabajó como dibujante del Instituto Cubano del Arte e Industria Cinematográficos. Salió de Cuba cinco años atrás "escapando de la dictadura" y de la persecución del Gobierno -que por sus "ideas políticas"-, le impidió ganarse la vida en su país. Según explicó a Radio Televisión Martí, las autoridades españolas se cuestionaron por qué no pidió protección al Gobierno de Rusia, primera nación a la que viajó al salir de Cuba. "Rusia no da asilo a los opositores cubanos, por eso no lo hice", fue su respuesta.
Esta semana, en conversación con el citado rotativo, Falcón Moreno añadió que su historia de rebeldía con el régimen de la Isla comenzó cuando su abuelo, "que fue luchador en la Sierra con Fidel", cuenta, se enfermó de diabetes.
"El Gobierno no se hizo cargo de asegurarle una buena atención a mi abuelo. Le tocó a mi familia la responsabilidad de buscarle los medicamentos, nunca le brindaron el Herberprot que tanto podía ayudarlo. Eso coincide con mis tiempos en que trabajaba en el ICAIC y esa situación comenzó a afectar mi pensamiento. Mis ideas políticas cambiaron al ver que la Revolución no hacía nada por mi abuelo", relató el isleño.
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