Desde la prisión en donde está recluida la activista cubana Lizandra Góngora, lanza una petición de ayuda sobre su caso.
La cubana que podría recibir una larga condena, suplica visibilizar su caso y apoyo para poder hablar con sus hijos.
En una carta de su aparente puño y letra, fechada la semana anterior, Lizandra denuncia que ha sido castigada por su activismo político y no le permiten hablar por teléfono con sus niños, mucho menos tienen derecho a visitarla.
“Ayúdame”, puede leerse en la misiva publicada en redes sociales por otra activista.
Lizandra Góngora es una cubana de 35 años, madre de cinco niños ella participó en las protestas masivas de julio pasado.
En estos momentos, se encuentra en la Prisión de Mujeres de Guatao, donde espera juicio bajo graves acusaciones, tras manifestarse en Güira de Melena el 11J.
Sobre Góngora, pesan acusaciones de la Seguridad del Estado de "sabotaje" y "desorden público".
De los videos recuperados de ese día, aseguran que en uno de ellos se ve a la cubana junto al grupo de manifestantes, gritando “libertad” y “que se vayan”.
Ese día varias personas rompieron parte de los cristales de una tienda en Moneda Libremente Convertible (MLC) de la localidad.
Los defensores de la inocencia de Lizandra Góngora, aseguran que la cubana gritaba: “esa no es la manera y paren”, e incluso le alcanzaron dos pedazos de vidrio que se le encajaron en la parte posterior de su pierna derecha.
Sin embargo, ese es mismo incidente el que usan las autoridades para acusarla de ser “una de las cabecillas de lo ocurrido”.
Góngora estuvo escondida cuanto pudo pero el 22 de julio sus familia perdió contacto con ella. El 29 de ese mismo mes, su expareja y padre de dos de sus hijos, Ángel Delgado, recibió una llamada de la policía confirmando la detención.
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