Oponerse a lo que no sirve y está mal requiere mucha valentía, sobre todo en en la Mayor de las Antillas donde puedes ser segregado y aislado de por vida, por pensar diferente.
El opositor Waifrido Rodríguez Piloto quien salió de prisión política en La Habana, es un ejemplo de ello, ya no está tras las rejas pero tampoco tiene ni para comer.
Según el propio Rodríguez Piloto, lo pusieron en un calabozo por vender viandas sin licencia de cuentapropista y ahora debe pagar una multa de 1500 pesos, que no sabe de dónde sacar.
Las imágenes del cubano reclamando a viva voz lo que debería ser derechos fundamentales, recorren por estos días las redes sociales.