Los campesinos cubanos están viviendo momentos muy difíciles para mantener el ganado, cuando los hurtos y sacrificios de animales siguen en aumento mientras las autoridades presuntamente carecen de recursos para enfrentar el problema.
Por otro lado, los campesinos corren el riesgo de ser agredidos hasta mortalmente por los ladrones. “Así no se puede vivir”, dijo un ganadero de Rancho Alegre en Consolación del Sur, provincia de Pinar del Río.
“Tengo niños chiquitos, tengo a mis padres viejitos … Si tienes dos vaquitas para ordeñar y alimentarte y te la matan, después del sacrificio que hiciste para criarla… te embarcan el año entero”, expresó ante el portal oficialista Cubadebate.
“De dónde buscas ahora 15 o 20 mil pesos para comprar una vaca parida y que te sacrifiques de nuevo y venga otro y te la mate también. ¿Adónde vamos a parar?”, dijo. El director general la Empresa Pecuaria Genética Camilo Cienfuegos, ubicada en la Finca Corralito, Denis Sixto Rodríguez, consideró preocupante el aumento de delitos.
“Nosotros en la empresa tenías de cinco a siete hurtos y sacrificios en un año. Desde finales del año pasado, las cifras van en aumento. En noviembre 29 cabezas, diciembre 27 y en enero y febrero 40 animales cada mes”, detalló.
“En una feria agropecuaria, nosotros podemos vender nuestros animales por 20 000 y hasta 40.000 pesos. No es solo por el dinero, sino el tiempo. Se invierte, como mínimo tres años de trabajo, para desarrollar estos animales de alto valor genético”, explicó.
Ante la situación, los campesinos se ven obligados a trancar los animales más cerca de las casas para cuidarlos. “Aun teniendo el animal amarrado a la ventana, se los han robado”, enfatizó el directivo.
También dijo que “para un campesino que le roben su yunta de bueyes representan una pérdida considerable no solo por el dinero invertido en los animales, sino también porque pierden el medio para sembrar. Igual si le roban un caballo, porque es su transporte o la forma para cargar la comida de los propios animales”.
Los ganaderos se pasan las noches enteras haciendo guardia para cuidar de su ganado. “Esto es muy complicado, no es humanamente posible pasarse la noche entera despiertos y luego salir a las 4 o 5 de la mañana a trabajar”, dijo Sixto.
Otra dificultad es que los robos están asociados a la violencia y los campesinos corren riegos de sufrir agresiones que pueden ser letales. “Se me han dado casos de guardias de las unidades que han sido agredidos por los ladrones. Muchos de los custodios han pedido la renuncia, porque tienen miedo de la agresividad de los ladrones”, admitió el directivo.
A los trabajadores de la entidad se les pide que no encaren directamente a los ladrones porque ponen en riesgo su vida. “Unos policías detuvieron a un ladrón con unos sacos de carne y este al verse acorralado les tiró un machetazo. Si el oficial no se quita no hubiera podido contar la historia”, relató.
En cuanto al papel de las autoridades, dijo que no pueden hacer mucho al respecto. Los agentes no pueden efectuar registros sin pruebas. “Ya una huella de olor no es suficiente para incriminar a nadie. Uno puede encontrarse a una persona dentro del potrero, a las dos de la mañana, con cuchillos y sacos y eso no basta para procesarlo. Al final, estamos conviviendo con los ladrones”, aseguró.
Sixto comentó que los agentes además no siempre tienen los recursos necesarios para recoger las pruebas que inculpan a los ladrones. “Hay que tomar huellas, ver los rastros de sangre en los cuchillos y en la ropa que coincidan con los del animal sacrificado, igual que la carne. Estos son procedimientos que sí ayudarían a condenar a los ladrones, pero no siempre se hacen”, apuntó.
“Hasta la propia policía está insatisfecha con esta situación. Se pasan la noche despiertos en el monte durante los operativos y sin embargo los ladrones terminan sueltos al poco tiempo”, sostuvo. El robo de ganado en Cuba se disparó un 145 % en 2022 con respecto al año anterior, según datos del Ministerio de Agricultura. El año pasado se denunció el hurto de 82 445 cabezas de ganado (43.315 vacas y 37.130 caballos, entre otros), mientras que en 2021 los robos ascendieron a 33 690 (con 17.144 vacas y 16.546 caballos).