Las autoridades cubanas no podrán identificar de manera absoluta los restos de los desaparecidos en el incendio en la Base Supertanqueros de Matanzas.
"El equipo nuestro llegó a establecer que resulta imposible identificar de forma absoluta los restos. Lo que le hemos explicado a los familiares es que tenemos 14 agrupaciones de restos óseos que se corresponden con las 14 personas que desaparecidas", informó este miércoles el doctor en Ciencias Jorge González Pérez, presidente de la Sociedad de Medicina Legal en el programa Mesa Redonda.
Según explicó, la labor pericial se ha concentrado alrededor del tanque 51, donde ocurrió la explosión en la madrugada del sábado seis de agosto.
El equipo a cargo de la investigación dijo que habían logrado establecer que alrededor de dicho tanque se encontraban 30 personas, uno de ellos era Elier Manuel Correa Aguilar, el joven bombero de Bayamo que falleció recientemente.
"De los 29 restantes, los órganos de la instrucción penal y los médicos forenses de Matanzas que habían hecho desde el inicio el trabajo para restablcer las fichas de identificación, habían entrevistado a los 15 que quedaban, porque habían 14 desparecidos".
Se estima que en el centro del incendio hubo más de mil o dos mil grados centígrados, un dato que los especialistas prevén probar criminalisticamente.
González Pérez comentó que en la preparación de los trabajos se realizó una modelación de lo qué se podían encontrar.
“En un horno incinerador de cadáveres como los que hay en Cuba o en cualquier país del mundo, en dos horas, a 800 grados centígrados, se convierte en ceniza un cuerpo. De forma tal que, partiendo de este concepto, la primera modelación que hicimos era que si las condiciones ahí fueron por el efecto de las llamas podía haberse desaparecido todo”.
"La primera modelación era que no íbamos a encontrar nada y que todo era ceniza disuelta en el combustible que se había derramado”, agregó.
"La segunda modelación tuvo en cuenta un posible derrumbe sobre algún cuerpo, la caída de tubos o el desprendimiento de algún elemento metálico que pudiese haber caído sobre algún cuerpo e impedir una carbonización, o sea, una incineración total González Pérez precisó además que los especialistas también tuvieron en cuenta que, "debido al derrame de combustible, el cuerpo podría estar debajo del líquido y la combustión no sería total según el momento en el que se extinguió ese incendio".
“Tuvimos que entrar cuando todavía había áreas incendiadas. Había humo, tuvimos que entrar y salir. Hubo compañeros a los que los zapatos se le derritieron producto al calor intenso que había en el suelo. Hubo dificultades que se fueron superando en la medida en que fue pasando el tiempo y por la acción del equipo de extinción que estaba constantemente ahí, además para protegernos a nosotros”, aseguró.
El incendio de grandes proporciones registrado en la Base de Supertanqueros de Matanzas se desató en la tarde del pasado 5 de agosto. Según las autoridades este se produjo debido al impacto de una descarga eléctrica sobre uno de los depósitos de combustible en la zona industrial por un presunto fallo en el sistema de pararrayos.
Como consecuencia del siniestro, murieron 16 personas, dos de ellas ya identificadas anteriormente y 14 desaparecidas, más de 130 personas resultaron heridas, 17 de las cuales aún permanecen hospitalizadas.
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