Desde las primeras horas de este domingo, la tranquilidad de los vecinos de la calle Princesa, en el consejo popular "Guillermón Moncada" de Santiago de Cuba, se convirtió en angustia pura. A las 3:00 de la madrugada, una loma colindante cedió parcialmente, provocando un derrumbe que dejó a varias familias al borde del desastre.

Lo más alarmante es que, hasta el momento, ninguna autoridad se ha presentado en el lugar, ni Defensa Civil ni Bomberos ni representantes del gobierno municipal, generando un clima de indignación y miedo entre los residentes.

Testigos aseguran que la tierra sigue cediendo y que el peligro es inminente para quienes viven a escasos metros de la zona afectada. “Esa loma va a seguir cayendo y a nadie le importa”, declaró uno de los vecinos, mientras compartía fotografías que evidencian la gravedad de la situación.

Otros habitantes han confirmado que la precariedad de las viviendas aumenta la vulnerabilidad: muros agrietados, drenajes colapsados y la cercanía de la loma hacen que cualquier nuevo desprendimiento pueda ser fatal.

Los comentarios de los vecinos reflejan la frustración colectiva ante la ausencia de ayuda institucional. Raúl García expresa con crudeza: “¿Y qué van a hacer los bomberos, la Defensa Civil, etc.? Nada. Si se va a derrumbar nadie puede hacer nada. Lo que tienen que hacer es salir de ahí y buscar otro lugar”. Karina Raudelis recomienda, con urgencia y preocupación, que las familias recojan lo más importante y abandonen sus casas antes de que sea demasiado tarde. Livian Jiménez, quien vive en una de las viviendas afectadas, confirma que la situación empeora con cada hora que pasa, mientras Madelaine Pérez asegura que varias casas en Santiago enfrentan el mismo riesgo.

La impotencia de los residentes se mezcla con un sentimiento de abandono: muchos denuncian que no reciben información oficial y que la naturaleza, tras las lluvias torrenciales recientes, parece tener más poder que las autoridades locales. Algunos vecinos aconsejan alejarse de la zona de peligro, mientras otros critican la falta de movilización ciudadana para exigir soluciones inmediatas.

Entre el miedo y la frustración, emerge un clamor unánime: la vida de los cubanos debe ser prioridad y la inacción puede costar vidas. Mientras tanto, la loma continúa inestable y las familias de Santiago de Cuba esperan, con temor y desesperación, que alguien actúe antes de que sea demasiado tarde.

Fuente: Yosmany Mayeta

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