Jacob Albarado, un agente de Aduanas y Protección Fronteriza de Estados Unidos, salvó a decenas de niños de la msacre en la escuela primaria Robb de Uvalde, en Texas.

El hombre se encontraba fuera de servicio en el momento del tiroteo. Estaba a punto de cortarse el cabello cuando recibió un mensaje de texto de de su esposa, profesora de cuarto grado de la escuela, pidiéndole ayuda.

El hombre tomó la pistola de su barbero y corrió hacia el centro escolar. "Estaba buscando a mi hija", contó a The New York Times.

Su hija, una estudiante de segundo grado, estaba encerrada dentro de un baño mientras su esposa se escondía debajo de los escritorios con sus alumno.

En otra ala de la escuela, el responsable de la masacre Salvador Ramos, de 18 años, abrió fuego y asesinó a 19 niños y dos profesoras.

Un equipo táctico se preparaba para ingresar a la escuela cuando Albarado llegó e hizo un plan con otros oficiales para tratar de ingresar al lugar y evacuar a la mayor cantidad de estudiantes posible.

Según cuenta, ingresó al ala de la escuela donde sabía que se encontraba su hija y, mientras la buscaba, comenzó a “limpiar todas las aulas" de esa área.

Dos oficiales armados brindaron cobertura mientras otros dos guiaron a docenas de niños y maestros "histéricos" a la acera.

Cuando el oficial de Aduanas y Protección Fronteriza finalmente vio a su hija de 8 años, Jayda, se abrazaron, pero él siguió adelante para llevar a más estudiantes a un lugar seguro.

“Hice lo que me entrenaron para hacer”, dijo al citado medio.

Tras la masacrem Albarado escribió una publicación de Facebook en la que contó que uno de los compañeros de equipo y amigos de su hija estaba entre los 19 estudiantes asesinados por Salvador Ramos.

“Estoy tan enojado, triste y agradecido a la vez. Solo el tiempo sanará su dolor y, con suerte, se realizarán cambios en todas las escuelas de EE.UU”, escribió.

Salvador Ramos fue abatido por la Policía casi una hora después de haberse atrincherado en un aula de cuarto grado.

Antes, el joven disparó a su abuela, huyó en el carro de la familia, lo estrelló contra una cerca y entró a la escuela.

De acuerdo a la información sobre el adolescente recopilada por medios locales, Ramos había sido víctima del bullying cuando era niño porque tenía dificultades en el habla y por la complicada situación financiera de su familia.

Durante la secundaria, también sufrió acoso escolar porque tartamudeaba y ceceaba al hablar, según han comentado varios amigos y familiares. Además, solía faltar a clases durante largos periodos de tiempo, por lo que no iba a graduarse este año.

"No tengo palabras para decir porque no sé lo que estaba pensando. Él tenía sus razones para hacer lo que hizo", dijo Adriana Martínez, madre del joven.

Salvador Ramos, de 42 años y padre del adolescente, comentó por su parte que nunca esperó que su hijo fuera capaz de hacer algo así. "Debería haberme matado a mi", aseguró.

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