El actor cubano Sirio Soto evocó los difíciles primeros años como migrante, aunque reconoció que se sentía agradecido por la vida que hoy disfruta junto a su esposa y su hija en México, donde lleva más de dos décadas residiendo.

Hace unos meses, Soto fue entrevistado en el programa La casa de Maka, donde recordó el inicio de su vida en la nación norteamericana y ofreció algunos detalles de su salida del país, después de múltiples trabajos en televisión, teatro y cine, entre ellos, la serie policiaca “Día y Noche” y la película “Zafiros, locura azul”.

“Yo tenía un posible contrato con TV Azteca, una novela que había escrito y ellos conocieron y todo iba muy bien. Era un contrato muy suculento incluso, pero las cosas cuando no van a suceder no suceden”, dijo Soto, cuyo padre, del mismo nombre, fue fundador de la televisión pública en la isla.

Debido a las relaciones de su padre, pudo conocer a varias personalidades del medio, lo que lo llevó a dar sus primeros pasos como actor, pero también le sirvieron para conocer experiencias de conocidas estrellas en el país enfrentando dificultades pese a su obra y talento.

“Yo había visto de niño a muchas estrellas de la televisión que padecían muchas situaciones, le venían a contar a mi padre, pidiendo apoyo, ayuda emocional, no sé. El caso es que tenía esa referencia y pensé que la mejor manera de evitar esa suerte era buscar nuevos horizontes”, dijo respecto de los motivos que lo llevaron a abandonar Cuba.

“Me encontré con una mujer maravillosa, me enamoré, me casé. Mi esposa salió embarazada, gracias a Dios. Comencé a pensar ya no solo en mi hija, sino en la responsabilidad de una familia”, agregó el artista, que vive en México desde 1999, después de haber actuado como uno de los protagonistas del filme del grupo musical Los Zafiros. 

De igual modo, reveló algunos pormenores tras su salida del país. “Logré salir y al cabo de unos meses sacar a su esposa, que tenía un embarazo ya avanzado. Tuvo que hacerse pasar por una mujer corpulenta para que la dejaran abordar el vuelo, ya que no lo hubiesen permitido por su estado”, refirió.

Sin embargo, la mujer también abandonó la isla sin contratiempos. “Tuvimos que luchar, pasamos lo que pasan muchos migrantes donde sea”, dijo. “Mi esposa consiguió trabajo en lo suyo, yo comencé a trabajar detrás de cámara, producción dirigiendo, escribiendo…trabajé como un animal, casi no veía a mi hija”, relató.

“Muchas veces me quedaba a dormir en el trabajo, por tantas cosas que debía hacer… pero fuimos saliendo adelante. Después me fui un tiempo a Los Ángeles a producir. En fin, todo el trabajo tras las cámaras, aprendí mucho.

“Para un actor es muy difícil dejar de salir ante las cámaras y dejar de prepararse. Yo sabía que tenía que hacer ese cambio, pero es muy difícil y lo tuve que padecer. Pero, bueno, lo asumí, es parte de lo que uno tiene que hacer en la vida”, comentó.

Aun así, admitió que le ha ido “bien”. “Después de todo, le agradezco mucho a Dios y me considero un tipo afortunado. Una familia bella, una mujer maravillosa que me ama, me apoya y me ayuda, una hija hermosa por fuera y por dentro de la que estoy super orgulloso, que más pedir”, expresó. 

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