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¡Yara se quema! Corrupción y nepotismo gobiernan la fábrica de conservas

Redacción de CubitaNOW ~ miércoles 22 de octubre de 2025

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La Fábrica de Conservas Yara, en la provincia de Granma, se encuentra nuevamente en el ojo del huracán por denuncias de corrupción y manipulación política que afectan tanto a trabajadores como a la comunidad.

Según fuentes internas, el administrador saliente, Franklin Almiral Rodríguez, fue obligado a renunciar tras enfrentarse a la cúpula encabezada por Jorge Fidel González Dacal, conocido como “Pepe el Burro”, quien acumula un historial de abusos y apropiaciones indebidas desde su paso por el gobierno municipal de Yara.

El puesto de administrador fue intervenido por Niurka Alarcón Gómez, secretaria del PCC en Yara, con el objetivo de colocar a allegados a sus intereses. Tras varias vetos internos del Departamento de la Seguridad del Estado, finalmente se impuso a Bárbara Rodríguez Pacheco, conocida como “Barbarita”, quien ya había sido separada de cargos por irregularidades, y tiene antecedentes en corrupción vinculados al comercio y la gastronomía, incluyendo el escándalo del desvío de cigarros en Bayamo. Su regreso es interpretado por muchos como un “pacto de jubilación dorada” entre la cúpula local.

Los trabajadores describen a Franklin Almiral como un líder honesto que defendía los derechos del colectivo y se preocupaba por salarios y condiciones laborales. Su salida evidencia cómo la corrupción desplaza a los justos, dejando a los empleados y al pueblo en una situación de vulnerabilidad y frustración.

Vecinos y ciudadanos se preguntan por la ausencia de control real: ¿dónde están la Seguridad del Estado y la Policía Económica, encargadas de garantizar transparencia y justicia, mientras los corruptos siguen impunes?

Los comentarios en redes reflejan indignación: muchos destacan que la corrupción no solo persiste, sino que está institucionalizada, con dirigentes que rotan de un cargo a otro sin enfrentar sanciones, mientras la población sufre los efectos del hambre, la pobreza y los apagones constantes.

La situación en Yara es un ejemplo de cómo la corrupción sistémica afecta la vida de los cubanos, desplazando a los líderes honestos y fortaleciendo a quienes aprovechan su cercanía al poder para enriquecerse o protegerse. El pueblo clama por justicia, transparencia y rendición de cuentas, mientras las redes sociales se convierten en el altavoz de quienes no encuentran respuesta en las instituciones.

La situación en Yara, Granma provoca la denuncia ciudadana afirmando que es un patrón sistemático de corrupción y nepotismo. Los comentarios en redes reflejan el sentir de muchos cubanos: desde quienes señalan que la revolución se ha desviado de sus ideales originales hasta aquellos que condenan la impunidad de los dirigentes locales.

Juan Carlos González Ortega recordó que la revolución fue "hecha para los humildes", mientras Jesús Pérez ironizó sobre cómo, en la práctica, ha servido solo para los “maceta”, evidenciando la contradicción entre los principios proclamados y la realidad actual.

Iliana Jareño destacó que este fenómeno no es exclusivo de Yara, sino que se repite en todos los niveles del país, donde el oportunismo y la desvergüenza imperan. Miranda López resumió la percepción de muchos: "Todos corruptos hasta la médula".

La indignación se intensifica al cuestionar la labor de la Policía Económica, que supuestamente tiene acceso a pruebas de corrupción pero no actúa, como señaló Bibiana Camarero.

La memoria histórica también sale a la luz en estos comentarios. Yolanda Vazquez recordó a los que lucharon y murieron por el pueblo, cuestionando por qué no se honra su sacrificio mientras los corruptos siguen prosperando.

El sentimiento generalizado de impotencia se combina con la crítica directa a la estructura de poder. María Maecelina Ponce Manes describe la situación como "ratón y queso", donde los dirigentes celebran mientras la población sufre. Chacal Hernández subraya la importancia de investigar toda denuncia ciudadana, sin importar si parece veraz o no. Morenita Perez y Addel GC resaltan la impunidad de los funcionarios involucrados en escándalos anteriores, como el desvío de cigarros en Bayamo, y cómo son simplemente trasladados a otros cargos.

Ernesto Augusto Alonso Nieto y Eduardo Marino Alvarez Milan señalan que la corrupción, la doble moral y la simulación son responsables de la mayoría de los problemas fundamentales que afectan a la población, y que en muchos países esto se sanciona severamente, algo que aquí no sucede.

Mercy Cardoso resume la percepción colectiva: “Toda Cuba está podrida”. La indignación es clara, y las redes se han convertido en el único espacio donde los cubanos pueden expresar su frustración y denunciar la corrupción que afecta cada aspecto de sus vidas.

Fuente: La Tijera


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