Luis Manuel Otero Alcántara, artista visual y activista cubano, condenado a cinco años de prisión por atreverse a soñar con una Cuba libre, fue incluido por Washington en su campaña de "Detenidos Injustamente", junto a otros disidentes, reconociendo que su encarcelamiento es político y no el resultado de un juicio justo.

Según El Toque, el gobierno estadounidense denunció el deterioro del estado de salud que presenta Otero, afectado del Chikingunya. En la prisión de Guanajay donde cumple su injusta condena, Otero Alcántara no recibe la asistencia médica aducada.

El grito debe ser unánime para que se preserve la vida de este joven cuyo “delito” fue expresar sus ideas a través del arte y participar en las protestas pacíficas del 11 de julio de 2021, cuando miles de cubanos salieron a las calles exigiendo libertad y el fin de la represión.

Luis Manuel no es un criminal. Es uno de los fundadores del Movimiento San Isidro, una plataforma que desafía al régimen desde la cultura, la poesía y la resistencia civil. A lo largo de los años, ha sido víctima de detenciones arbitrarias, vigilancia constante, acoso y campañas de difamación. Pero nunca ha dejado de crear ni de denunciar los abusos del poder.

Su encarcelamiento no es un caso aislado. Es parte de una estrategia sistemática del gobierno cubano para silenciar a quienes piensan diferente. Sin embargo, la figura de Otero Alcántara ha traspasado las fronteras de la Isla y se ha convertido en símbolo de dignidad, de coraje y de libertad.

Su arte –irreverente, crítico y profundamente humano– ha resonado en galerías y foros internacionales, incluso mientras él permanece encerrado.

La inclusión de su nombre en la lista de “Detenidos Injustamente” del Departamento de Estado de EE.UU. es un reconocimiento internacional a la represión que sufren los disidentes cubanos. Pero también es una llamada de atención: la libertad de Luis Manuel es la libertad de todos los cubanos que hoy viven bajo un sistema que castiga la disidencia con cárcel.

Su lucha representa a miles que no pueden hablar. A través de su silencio forzado, su mensaje se amplifica. Porque una idea no se encarcela. Porque el arte libre no puede ser contenido entre barrotes.

Luis Manuel Otero Alcántara está preso, pero no está solo. Cada día que pasa en prisión, más voces se suman a exigir su libertad y el fin de la represión en Cuba. Su caso es el reflejo más claro de por qué urge un cambio.

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