Vicente de la O Levy: el ministro que apagó la luz de Cuba
Redacción de CubitaNOW ~ miércoles 22 de octubre de 2025

Desde que Vicente de la O Levy asumió el Ministerio de Energía y Minas en octubre de 2022, Cuba no ha tenido un solo año de estabilidad eléctrica. Su nombramiento fue presentado como una decisión “técnica” dentro del discurso de continuidad del régimen de Miguel Díaz-Canel, pero tres años después el país vive el peor colapso energético desde el “Período Especial”.
Bajo su gestión, el Sistema Eléctrico Nacional (SEN) ha sufrido cinco apagones totales, déficits de más de 1.700 megavatios y fallas simultáneas en casi todas las termoeléctricas del país. A pesar de ello, el ministro repite el mismo libreto: culpa al combustible, a los mantenimientos pendientes y a las “limitaciones financieras”, mientras el pueblo soporta jornadas de hasta 20 horas sin luz.
De la O Levy se ha convertido en símbolo de un estilo de gestión basado en justificar el desastre. En 2024 declaró en televisión que “los apagones son más soportables”, justo cuando el oriente del país vivía uno de los meses más críticos. Su retórica tecnocrática —llena de “tubos”, “tuercas” y “pilotes”— pretende disfrazar la falta de soluciones reales con un lenguaje vacío que solo provoca indignación.
Mientras tanto, la prometida “transición energética” hacia fuentes renovables sigue siendo un espejismo. El aporte solar y eólico no supera el 10 % de la generación, la mayoría de los parques carecen de baterías y los proyectos anunciados no tienen respaldo financiero ni técnico. La realidad es que Cuba no logra mantener encendida ni la mitad de su red eléctrica, y el ministro ya admite que “el combustible no alcanza para todo el mes”.
El costo social de este colapso es enorme: hospitales sin energía, escuelas que suspenden clases y familias que viven entre la oscuridad y la desesperanza. Cada apagón prolongado genera protestas y cacerolazos en toda la Isla, mientras las autoridades envían patrullas para acallar los reclamos.
A pesar del desastre, De la O Levy sigue en su puesto. En Cuba, la lealtad vale más que la competencia. Su permanencia confirma que la oscuridad no es solo técnica, sino también política: un país donde la luz se apaga, pero el discurso del poder sigue encendido.