Un veterano hispano de cuatro misiones en Irak y Afganistán se convirtió sin desearlo en el verdadero héroe que evitó que la sangrienta matanza en un club LGBTQ+ de Colorado Spring el sábado pasado fuese todavía peor. Richard Fierro enfrentó y redujo a golpes al atacante que asesinó a cinco personas e hirió a 17 justo, evitando así que pudiera disparar contra decenas que huían aterrorizados.

Fierro, ex mayor del Ejército de 43 años, estaba junto a su esposa, su hija, el novio de su hija y otros familiares celebrando un cumpleaños y viendo un show de ‘drag Queens’ en el ‘Club Q’ cuando Anderson Lee Aldrich abrió fuego contra el público poco antes de la medianoche.

“Me tiré al piso tan pronto identifiqué que eran disparos”, dijo Fierro a varios medios. Su experiencia de tres misiones en Irak y una en Afganistán y 15 años en el Ejército activaron en él lo que describe como “modo de combate”, a pesar de no llevar consigo arma alguna. “Tenía que salvar a mi familia y a todos los que estaban allí”, dijo.

En instantes y bajo el atronador ruido de los disparos, Fierro identificó al atacante enfundado en un chaleco y con un fusil en la mano. Corrió hacia él, lo derribó y alejó el fusil de su alcance mientras lo golpeaba. En medio del forcejeo se percató de que el asesino trataba de manipular una pistola, pero también consiguió quitársela y la usó entonces para golpearlo en la cara y la cabeza una y otra vez. “Tenía que matarlo antes de que nos matara a todos”.

Mientras lo golpeaba en el piso, Fierro comenzó a gritarle: “Te voy a matar porque trataste de matar a mis amigos. Mi familia estaba aquí, mi niñita estaba aquí”, relata a CNN. Otro buen samaritano, identificado como Thomas James, se sumó a la golpiza. Y también una ‘drag queen’ del show que golpeaba al atacante con tacones de punta de estilete en la cabeza.

Ensangrentado e inmóvil, Fierro pensó por un momento que había matado al autor de la masacre. Cuando llegó la policía comenzó a gritar como si estuviera en medio de un combate: “Hay víctimas, tenemos bajas. Necesito un médico ya. Está todo despejado”. En medio del caos inicial, los agentes esposaron por una hora al veterano mientras aclaraban la situación y lograban reanimar al autor de la masacre.

Después llegaría el momento más trágico para la familia: Raymond Green Vance, de 22 años y novio de su hija, había sido baleado de muerte. Su hija sufrió una fractura de rodilla y el propio Fierro tiene algunas heridas en las manos, pies y tobillos.

“Salvó muchas vidas”, dijo el alcalde de Colorado Springs, John Suthers, sobre las acciones del veterano. “Me sorprendió su humildad. Nunca me había encontrado con una persona que realizara acciones tan heroicas y fuera tan humilde al respecto”.

La Liga de Ciudadanos Latinoamericanos Unidos (LULAC), la más antigua organización hispana en defensa de los Derechos Civiles, anunció ya que le entregará la medalla presidencial en reconocimiento a su heroísmo.

“El hecho de que un nombre latino heterosexual no tenga miedo de ir a un club gay con un show de travestis y allí proteja a los asistentes que eran víctimas de un vicioso crimen de odio explica claramente lo que significan Estados Unidos y el Cristianismo”, dijo Domingo García, Presidente de LULAC, al anunciar la condecoración para Fierro.

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