En la calle Pecuario del poblado de Songo en Santiago de Cuba vive Caridad Calión Le, una mujer que encarna el rostro más crudo del abandono. Madre de tres niños y con otro en camino, enfrenta sola la miseria absoluta: una casa con piso de tierra convertido en fango, paredes húmedas, sin colchón seco y sin esperanza de ayuda.

Su historia, contada por el periodista independiente Yosmany Mayeta Labrada, revela la indiferencia de un sistema que ha dejado de mirar hacia los más vulnerables.

Caridad, embarazada y agotada, pasa gran parte del día en el hogar materno del municipio junto a sus dos hijos más pequeños, pero cada tarde debe regresar a su vivienda, un espacio inhabitable que amenaza su salud y la de los menores.

El huracán Melissa solo empeoró las cosas: el agua lo arrasó todo y ni siquiera después del desastre se presentó auxilio alguno. La única respuesta que recibió del delegado local fue una frase que resume el desprecio institucional: “Saca el colchón al sol”.

Sin recursos, sin trabajo estable y sin apoyo, Caridad intenta mantener la dignidad en medio del abandono. Su realidad refleja la de muchas familias cubanas que sobreviven entre el lodo y la indiferencia, mientras los funcionarios presumen logros que no llegan a las calles. El contraste duele: mientras “los de arriba” viven en abundancia, en barrios como Songo el pueblo sobrevive con lo justo, sin agua potable, sin alimentos suficientes y sin respuestas.

Caridad no pide lujos. Pide humanidad. Pide un techo seco para parir con dignidad. Pero el Estado, una vez más, guarda silencio. Su caso vuelve a poner en evidencia una Cuba donde la miseria no es excepción, sino rutina; donde el dolor de una madre no genera reacción oficial y donde la solidaridad entre vecinos suple, como puede, el vacío de un gobierno ausente.

El pueblo vuelve a ser el pueblo. El Estado, una vez más, vuelve a ser silencio.

Recomendado para ti