En una entrevista reciente con el diario español GARA, Gabriela Fernández, guionista y presentadora del programa oficialista Con Filo de la Televisión Cubana, ofreció su visión sobre la situación actual de Cuba, sus desafíos y su perspectiva comunista.

Durante su visita a España, que estuvo marcada por protestas de cubanos en el exilio, Fernández defendió la revolución cubana, el legado de Fidel Castro y destacó lo que considera la “supuesta dignidad del pueblo” sobre lo material. No obstante, sus declaraciones invitan a reflexionar sobre una realidad cada vez más evidente: la mayoría de los jóvenes cubanos ya no encuentran inspiración en la lucha por mantener el socialismo, sino en la búsqueda de una oportunidad fuera del sistema político que domina la isla.

Una de las afirmaciones más rotundas de Fernández fue su insistencia en que la revolución cubana y Fidel Castro siguen siendo una fuente de inspiración para muchos. Sin embargo, esta afirmación se enfrenta a la frustración generalizada de una población que lleva años lidiando con problemas sin solución.

Según Fernández, los desafíos económicos y el embargo estadounidense han dejado una huella profunda en la mentalidad de la nueva generación. Sin embargo, omite mencionar los problemas estructurales que el régimen cubano impone día a día: la escasez de alimentos, la falta de medicamentos, la corrupción y las políticas restrictivas que limitan las libertades individuales, entre otros obstáculos.

En relación a los apagones, Fernández afirmó que los cortes de electricidad duran entre 12 y 13 horas. No obstante, la realidad es que los apagones superan a menudo las 30 horas, afectando gravemente la vida cotidiana de los ciudadanos.

Respecto a la crítica al embargo, aunque este ciertamente ha tenido un impacto negativo en la economía cubana, la situación interna tiene una importancia determinante. Fernández evita mencionar cómo el sistema comunista limita las libertades económicas y sociales, o el abuso de la única empresa de telecomunicaciones en Cuba, Etecsa, que cobra precios elevados por el acceso a Internet, por solo citar uno de los muchos problemas que enfrenta el país.

Aunque Fernández defiende los medios tradicionales de comunicación en Cuba, no reconoce que, en un contexto de censura y manipulación de la información, las redes sociales y el acceso a Internet se han convertido en una herramienta esencial para la comunicación, el acceso a la información y la libre expresión.

Sobre el fenómeno migratorio, Fernández opinó que la emigración hoy es “más comprensible” que en la década de los 90, cuando se consideraba casi una traición. Sin embargo, omitió mencionar a los opositores "regulados", aquellos a quienes se les impide salir del país.

En cuanto a la emigración, Fernández también señaló: “El bloqueo siempre ha tratado de romper esas relaciones y de utilizar la emigración como una arma política contra Cuba”; pero los mismos cubanos que han emigrado, ahora viviendo en libertad, critican abiertamente al régimen y exponen los problemas del país sin temor a ser arrestados.

Si bien la dignidad es un valor esencial en cualquier sociedad, no se puede pasar por alto que la verdadera dignidad también radica en la capacidad de acceder a una vida mejor: empleo, educación, salud y, sobre todo, la libertad de tomar decisiones personales sin la constante supervisión de un régimen autoritario.

El futuro de Cuba, según el análisis de Fernández, parece estar en manos de aquellos que intentan sobrevivir a las políticas económicas y sociales del régimen, pero también en los que deciden emigrar, con la esperanza de encontrar en el exilio la oportunidad de una vida más libre y próspera.

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