Donald Trump ha vuelto a captar la atención mediática con una propuesta tan llamativa como polémica: la construcción de un moderno y lujoso salón de baile en la Casa Blanca. Según sus propias palabras, este espacio ha sido soñado por presidentes de Estados Unidos durante más de un siglo y medio, pero jamás se concretó debido a la "falta de experiencia" de sus predecesores en proyectos de tal magnitud.

El anuncio lo realizó a través de su cuenta en Truth Social. "Acabo de inspeccionar el sitio del nuevo Salón de Baile que se construirá, cortesía de un hombre conocido como Donald J. Trump, en la Casa Blanca. Durante 150 años, presidentes y otros han querido un hermoso salón, pero nunca se construyó porque nadie tenía conocimientos o experiencia en hacer este tipo de cosas — ¡pero yo sí!", expresó.

"La iniciativa refuerza su sello personal como empresario especializado en bienes raíces y hoteles de lujo, aportando su visión estética a un edificio con un profundo simbolismo institucional."

Trump asegura que la obra "se levantará rápidamente" y que será una "maravillosa adición" perfectamente integrada en la majestuosidad de la Casa Blanca.

Aunque el proyecto se presenta como un "regalo" personal del propio Trump, hasta el momento no se han revelado detalles concretos sobre su financiamiento. En declaraciones previas, durante su primer mandato, Trump ya había sugerido la idea y se había estimado un costo aproximado de 100 millones de dólares. Ahora, con renovado entusiasmo, vuelve a impulsarla como uno de sus "proyectos divertidos", mientras lidia con cuestiones globales como la economía, China y Rusia.

El salón se ubicaría probablemente en la parte sur del edificio, en las inmediaciones del Jardín Sur, un área tradicionalmente utilizada para recepciones oficiales. Según expertos en arquitectura, esto permitiría ampliar la capacidad para eventos sin alterar drásticamente la estructura histórica.

El mandatario también señaló que la nueva sala busca reemplazar las actuales "carpas podridas" que suelen instalarse en el césped para eventos formales, y que aspira a crear un espacio similar al que posee en su mansión de Mar-a-Lago.

A pesar de las críticas y la falta de consenso sobre el impacto que podría tener esta modificación en la Casa Blanca, Trump mantiene su visión firme: "Todo estará bien, quizás incluso ¡GENIAL!, dependiendo de quién sea el presidente de EE.UU.".

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