Una tragedia estremeció la noche del domingo a la ciudad de Fall River, Massachusetts, cuando un incendio arrasó parte del hogar de ancianos Gabriel House Assisted Living, dejando al menos nueve muertos y más de 30 personas hospitalizadas, una de ellas en estado crítico.

El fuego se desató alrededor de las 9:30 p.m., hora local, en una de las alas del edificio de tres pisos, donde residían unas 70 personas. Según el jefe de bomberos Jeffrey Bacon, aunque las llamas no fueron particularmente intensas, la gran cantidad de humo propagado por todo el inmueble generó el caos.

“Fue una tragedia inimaginable para las familias afectadas y para toda la comunidad de Fall River”, expresó Bacon durante una conferencia de prensa. Agregó que decenas de personas fueron rescatadas por escaleras, mientras otras esperaban angustiadas en las ventanas para ser auxiliadas.

La emergencia movilizó a más de 50 bomberos, incluyendo 30 que se encontraban fuera de servicio, quienes respondieron de inmediato al llamado. Cinco de ellos fueron hospitalizados con lesiones menores y ya fueron dados de alta.

Entre los sobrevivientes, algunos relataron momentos de angustia. Neal Beck, de 78 años, logró escapar gracias a los bomberos: “Pensé en saltar por la ventana del baño, pero estaba demasiado alto. Gracias a Dios llegaron a tiempo”. Otra mujer narró entre lágrimas cómo logró guiar a los rescatistas hasta su padre, atrapado dentro del edificio: “Él estaba muy débil. No podía romper la ventana. Yo solo lloraba al teléfono”.

El alcalde de la ciudad, Paul Coogan, lamentó la pérdida y aseguró que el municipio está colaborando con las familias afectadas. Se habilitó un centro de notificación familiar en la capilla del Hospital St. Anne, donde los allegados pueden obtener información.

El origen del incendio aún está bajo investigación. En la escena trabajan autoridades del Departamento de Bomberos de Fall River, la Policía Estatal, la Policía local y la Fiscalía del Distrito de Bristol.

La residencia Gabriel House, que abrió sus puertas en 1999, está supervisada por el Departamento de Salud y Servicios Sociales del estado. No se ha informado si el edificio tenía violaciones previas en cuanto a normas de seguridad.

El jefe Bacon se mostró visiblemente afectado durante sus declaraciones: “Estamos entrenados para salvar vidas. Cada pérdida se siente como un fracaso, aunque sabemos que hay circunstancias fuera de nuestro control”.

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