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Todo lo que toca la Revolución lo convierte en… destrucción, pobreza y olvido

Redacción de CubitaNOW ~ domingo 21 de septiembre de 2025

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El estadio "Jesús Suárez Gayol", orgullo del béisbol en Mariel, Artemisa, ha quedado reducido a escombros tras décadas de abandono y el impacto del huracán Rafael. Inaugurado hace 43 años, el "Suárez Gayol" fue escenario de grandes figuras del béisbol cubano, con alumbrado artificial y capacidad necesaria para Series Nacionales. Hoy, sus gradas han desaparecido y la instalación es irreconocible, un reflejo del patrón de desidia que afecta a innumerables espacios públicos en Cuba.

No se trata de un caso aislado. Instalaciones deportivas como las de Baracoa (Guantánamo), Manzanillo (Granma) y Puerto Padre (Las Tunas) también sufren deterioro, limitando el desarrollo de atletas locales. La falta de mantenimiento y los intentos fallidos de restauración evidencian un sistema incapaz de preservar lo que construyó.

Pero el abandono no solo afecta al deporte. En Guanajay, el Museo "Carlos Baliño", declarado Monumento Nacional, permanece cerrado desde hace seis años. El aeropuerto "Máximo Gómez", en Ciego de Ávila, construido con más de 100 millones de pesos, hoy es una ruina sin vuelos ni propósito.

El antiguo hipódromo Oriental Park en Marianao y el Casino Español de La Habana fueron convertidos en almacenes o dejaron de existir como centros culturales.

El cementerio San Rafael, en Guantánamo, muestra tumbas agrietadas y lápidas ilegibles, mientras el patrimonio cultural y editorial de la imprenta El Arte en Manzanillo, se desmorona ante la indiferencia estatal. Lugares históricos, hoteles, teatros y museos que alguna vez fueron orgullo nacional hoy se sumen en el olvido, víctimas de la negligencia y de un sistema que prioriza la apariencia sobre la preservación.

A pesar de estas condiciones, los talentos cubanos siguen emergiendo, pero con un límite inevitable. La realidad es que el abandono afecta no solo la infraestructura, sino también la formación de nuevas generaciones y la memoria histórica del país.

La desidia se ha convertido en la constante, mientras la población observa impotente cómo la herencia cultural, deportiva y social de Cuba se desvanece entre ruinas y escombros.

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Fuente: Yásser Porto


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