Bronca en semifinal de Granma revive el lado más oscuro del béisbol cubano(video)
Redacción de CubitaNOW ~ sábado 12 de julio de 2025

La trifulca ocurrida en la semifinal de la Serie Provincial de Granma entre Niquero y Campechuela dejó atónitos a los asistentes y sacudió las redes sociales: un metodólogo de béisbol del equipo de Campechuela agredió al árbitro principal del partido, quien respondió con otro golpe a la cara.
El incidente, de por sí grave, fue presenciado por jugadores, técnicos y fanáticos que no daban crédito a lo que veían en pleno terreno de juego. El video del hecho se viralizó con rapidez, provocando una oleada de críticas, indignación y pedidos de sanciones severas. Aunque algunos justifican el acto del árbitro como “defensa propia”, otros insisten en que no se puede permitir ningún tipo de violencia, venga de donde venga.
Pero este lamentable hecho no es aislado. La historia reciente del béisbol cubano está marcada por broncas que han sobrepasado los límites de la deportividad como aquella memorable imagen de un pelotero de Industriales cayendole detrás a un pitcher por todo el terreno del estadio espirituano "José Antonio Huelga" en el 2010 o en 2016, en un partido de la Serie Nacional entre Villa Clara y Matanzas, cuando el lanzador Freddy Asiel Álvarez fue agredido con un bate por Demis Valdés, luego de una serie de pelotazos y provocaciones acumuladas.
Aquella escena recorrió los noticieros internacionales y obligó a la Comisión Nacional a emitir sanciones ejemplares. Años después, en 2020, una fuerte pelea entre Granma y Santiago de Cuba también estremeció al campeonato, cuando varios jugadores se enfrascaron en empujones, gritos y puñetazos frente a las cámaras.
Estos hechos reiterados son síntomas de una pérdida de control en el terreno, de una disciplina erosionada y de un sistema que no logra contener los impulsos violentos cuando las tensiones del juego se desbordan.
La pelota cubana, pasión nacional por excelencia, no puede seguir manchándose con imágenes de violencia física que nada tienen que ver con el deporte. Las autoridades deben actuar con contundencia, aplicar sanciones ejemplarizantes y reforzar la formación ética de jugadores, técnicos y personal auxiliar.
Cada golpe que se lanza en un terreno de pelota cubana no solo hiere a un individuo, también golpea el prestigio de una tradición deportiva centenaria. Y mientras los estadios se llenan de niños que sueñan con ser peloteros, los adultos están obligados a dar ejemplo. Porque la pasión no puede seguir confundida con la barbarie.