Taxista en La Habana defiende altos precios de pasajes: “No voy a morirme de hambre ni trabajar por gusto”

Redacción de CubitaNOW ~ martes 30 de mayo de 2023

Article feature image

Un taxista privado —conocido popularmente en Cuba como botero— en La Habana, defendió los altos precios que cobra por los pasajes ante la aguda crisis en la isla, marcada por una férrea escasez de alimentos, recursos de todo tipo y combustible.

“La gasolina la estoy comprando a 500 pesos el litro por la izquierda porque no tengo tiempo para pasarme tres días en una cola, y esos 40 litros que me venden no me alcanzan ni para dos días”, lamentó el chofer que esperaba su turno en el parque El Curita, de Centro Habana, para cargar pasajeros.

“Y la caja de pollo me cuesta 8 000 pesos, la libra de arroz, 150, la libra de mango a 50, la bolsa de leche a 1500 a una mipyme. Imagínate, tengo que cobrar más, todo es una cadena, no voy a morirme de hambre ni trabajar por gusto”, comentó en declaraciones al portal oficialista CiberCuba.

Otro transportista privado, con seis años de experiencia, dijo que, además de los impuestos a la ONAT, tiene que pagar entre 20 000 pesos por una goma, el pomo de aceite Castrol de un litro casi 4 000, más los precios elevados de cualquier otra pieza o la mano de obra de la reparación.

Su carro de petróleo, lleva cuatro días en la cola virtual y estima que podrá comprar en una semana porque tiene el número 8 000 en el Cupet de 31 y 18. Además, como señala el reporte, muchos de los choferes no son propietarios del vehículo y, de las ganancias diarias, tienen que pagar al dueño un por ciento por el alquiler.

Sin embargo, el sitio oficialista critica la actitud de los taxistas. “Las excusas de los transportistas privados por la subida de los precios son que se pasan cuatro días en la cola de un Cupet, o que pagan el combustible veinte veces por encima de su valor oficial. El pasajero, el trabajador que lleva tres horas en la parada y le urge llegar a su casa, y otros que necesitan moverse hasta el hospital para un turno médico, por ejemplo, no tienen la culpa de esa situación. No se puede aplicar la ley de la selva y que se salve quien pueda”, expone.

“El desafío siempre será establecer un punto de equilibrio entre el transporte urbano estatal y el no estatal. Mientras esa solución no esté a la mano, hay que ejercer un control eficaz, constante y oportuno para que unos no lucren con las necesidades de los otros”, concluye.

También recuerda las recientes imposiciones de multas a choferes por cobrar precios excesivos. “Del Parque del Curita, en La Habana Vieja, hasta Coppelia o Línea y G son 100 pesos por persona; hasta La Cuevita, Guanabacoa, Víbora-La Palma o La Lisa-Marianao, 150; hasta el Cotorro, Paradero de Playa, Santiago de Las Vegas y Alamar, 200; y hasta Guanabo la cifra asciende a 300 pesos. Además, en los precios no incide desde donde te montes o donde te bajes, es la misma cantidad así sean por dos cuadras”, escribe.

“Ese monto puede duplicarse o hasta triplicarse en el horario nocturno, donde compiten con los ruteros, quienes pueden después de su horario, cobrar por encima de la tarifa establecida para cada una de las rutas, pero, lo que hace un mes costaba 50 pesos, ahora son 150. Los bicitaxis tampoco escapan de esta ola, y el viaje del Parque de la Fraternidad hasta la Terminal de Ferrocarriles cuesta 250 pesos, por solo citar un ejemplo”, agrega.


Recomendado para ti

Tambien te puede interesar