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Santiago de Cuba al borde del colapso sanitario: brote de tuberculosis en medio de la epidemia de dengue

Redacción de CubitaNOW ~ jueves 23 de octubre de 2025

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Mientras Cuba enfrenta una grave epidemia de arbovirosis, una nueva amenaza se levanta en silencio desde los hospitales de Santiago de Cuba: la tuberculosis pulmonar. Según denuncian médicos del Hospital "Juan Bruno Zayas", los casos están aumentando de manera exponencial, y el sistema de salud no cuenta con los recursos mínimos para enfrentar la situación.

La tuberculosis, una enfermedad curable y prevenible, podría convertirse nuevamente en una sentencia de muerte para muchos cubanos. Los galenos explican que faltan desde medicamentos básicos hasta pruebas diagnósticas esenciales, lo que impide confirmar los casos y garantizar un tratamiento adecuado.

El esquema de tratamiento habitual —que incluye fármacos como isoniazida, rifampicina, pirazinamida y etambutol— no está disponible en farmacias ni en los almacenes provinciales, lo que deja a los pacientes en el limbo.

Sin tratamiento, la enfermedad no solo destruye los pulmones, sino que también se propaga con facilidad, amenazando a comunidades enteras.

La escasez llega a tal punto que ni siquiera hay materiales para realizar una simple radiografía de tórax o pruebas de laboratorio como el cultivo de esputo o el test molecular Xpert MTB/RIF, que permitirían identificar el bacilo de la tuberculosis.

En medio de la crisis, los médicos denuncian su impotencia al ver cómo los enfermos se agravan sin que puedan hacer nada.

A esto se suma un factor que agrava todo: la desnutrición. En un país donde el 88 % de la población vive en pobreza, la mala alimentación reduce las defensas y multiplica el riesgo de contagio. “La falta de comida y de medicinas está matando a los cubanos de enfermedades curables”, lamentan los ciudadanos en redes sociales.

Cada día aparecen más “sintomáticos respiratorios” en Santiago de Cuba y el temor entre los profesionales de la salud es que se esté gestando un brote incontrolable. Si no se actúa con rapidez, advierten, podría convertirse en una emergencia nacional.

Mientras tanto, las autoridades siguen calladas. En los barrios, la gente reza. En los hospitales, los médicos resisten. Y en las redes, el pueblo grita su desesperación:

“Señor, apiádate de nosotros. Ya no podemos sufrir más.”

Fuente: Dr. Miguel Ángel Ruano Sánchez



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