En medio de la difícil situación que viven los cubanos, el sacerdote Alberto Reyes envió este lunes un mensaje de fuerza y esperanza.

"Cuando se tiene la costumbre de escribir, repetir lo que ya se ha dicho es como un fantasma amenazador. Sin embargo, hay momentos en los que uno piensa que no vendría mal recordar lo ya escrito. Y es esa la sensación que me llega ante la imagen de unos discípulos subidos a una barca en medio de una tormenta que los golpea por todos lados", dijo Reyes.

"No nos gustan las tormentas, y por instinto rechazamos los problemas, los sufrimientos, las cuestas empinadas de la vida. Pero todo esto es parte de la vida, y parte inevitable. A veces es más, a veces es menos, pero siempre, a cualquier edad y en cualquier situación existencial, las olas y los vientos se

estrellarán violentos contra nuestra barca".

"¿Y qué herramienta tenemos para hacerles frentes? La fe, que no es un sentimiento, pues la 'sensación' de cercanía de Dios viene y va y, de hecho, suele desaparecer en los momentos más duros de la vida. La fe es una certeza, es la convicción profunda de que Dios permanece a nuestro lado, de que es capaz de caminar sobre las aguas tormentosas y acompañarnos en nuestras luchas".

"Porque Dios nos ama y sabe lo que hace, sabe qué darnos y qué quitarnos, sabe cuándo debe permitir la tormenta y cuándo debe darnos la calma. Y como nos ama y sabe lo que hace, no permitirá nunca que llegue a nuestra vida nada que no podamos enfrentar. Sería cruel si permitiera algo superior a nuestras fuerzas, y Dios no es cruel. Más aún, Dios no permitirá que llegue a nuestra vida nada que no contenga una bendición".

"Dios disfraza sus bendiciones, las disfraza de problema, de sufrimiento, de dolor, de incertidumbre, de desesperante puerta cerrada… No nos gusta este método, nos molesta, no lo entendemos, pero una

realidad es cierta: las mejores perlas nacen de esa arena incómoda que un día entró en la ostra tranquila, los huracanes más violentos son los que mejor renuevan los bosques, las crecidas de los ríos son las que fertilizan sus orillas".

"Tal vez por eso Dios, cuando habla a través de la Biblia, sólo nos deja una seguridad: 'Yo estaré contigo'. Nunca, jamás, Dios dice: 'todo irá bien', 'no tendrás problemas', 'no habrá dificultades'... Dios sólo dice: 'Yo estaré', y si él está, todo puede ser enfrentado, toda batalla puede ser efectuada, y toda solución encontrada".

"No se le piden a Dios las cruces, pero tampoco que nos evite las tormentas. A Dios se le pide fuerza para enfrentar las tormentas, y sabiduría para descubrir el don que la tormenta encierra. Pedro dejó de mirar al Maestro y puso su atención en la violencia de las olas, y empezó a hundirse".

"A Dios se le hace un espacio en la barca, remo en mano, para escucharlo cuando nos dice: 'Conmigo, tú puedes', y repetir por lo bajo, apretando el propio remo y mirando fijo a la tormenta: 'Sí, Señor, contigo, yo puedo'", concluyó el sacerdote cubano Alberto Reyes en Facebook.

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