Rusia despliega poder en su desfile del 9 de mayo: provocación, aliados presentes y amenazas ucranianas
Redacción de CubitaNOW ~ viernes 9 de mayo de 2025

El tradicional desfile del 9 de mayo en Moscú, con motivo del aniversario 80 de la victoria soviética sobre el nazismo, se llevó a cabo este año en un contexto marcado por la guerra en Ucrania, crecientes tensiones internacionales y una fuerte polarización política.
A pesar de las advertencias de Kiev y la posibilidad de un ataque ucraniano, el acto se desarrolló sin incidentes, aunque bajo un clima de máxima seguridad y significativos gestos de propaganda del Kremlin.
Vladimir Putin aprovechó la ceremonia no solo para exaltar el papel histórico de la Unión Soviética en la Segunda Guerra Mundial, sino también para reforzar su narrativa de resistencia ante Occidente.
En medio de acusaciones de crímenes de guerra cometidos por Rusia en territorio ucraniano, el evento fue percibido por muchos como una muestra de prepotencia, en la que el régimen ruso se presenta como víctima de una agresión occidental mientras perpetra una guerra de agresión en suelo ucraniano.
Kiev, por su parte, denunció públicamente la celebración como una provocación. Según el derecho internacional humanitario, y particularmente la Norma 8 del Comité Internacional de la Cruz Roja, una concentración de tropas y armamento puede ser considerada un objetivo militar legítimo.
El presidente ucraniano, Volodímir Zelenski, dejó claro que Ucrania no se hacía responsable de la seguridad de quienes decidieran asistir a la celebración y recordó que Rusia ha atacado objetivos civiles incluso en fechas religiosas clave como la Navidad o Semana Santa.
A pesar de que no se registraron ataques contra el desfile, la amenaza latente evidenció la tensión del momento.
Putin intentó blindar el acto no solo con medidas de seguridad, sino también con una estrategia diplomática de invitación a aliados internacionales. Más de 30 líderes asistieron, entre ellos el presidente de Cuba, Miguel Díaz-Canel y el mandatario venezolano Nicolás Maduro. Ambos aprovecharon la visita para estrechar lazos con el Kremlin, aunque el venezolano fue recibido por Putin mientras el cubano era tratado como un aliado menor.
El desfile también evidenció la creciente soledad internacional de Putin. Varias figuras que originalmente habían confirmado su asistencia cancelaron en los días previos. El primer ministro de India, Narendra Modi; el presidente serbio, Aleksandar Vučić y el ministro de Defensa de India, Rajnath Singh, optaron por no viajar, alegando desde problemas de salud hasta tensiones bilaterales con otros países. La Comisión Europea, por su parte, había recomendado a los líderes de la UE no acudir al evento.
Aunque el desfile culminó sin incidentes visibles, quedó claro que no se trató de una simple conmemoración histórica, sino de una operación simbólica y política del Kremlin para proyectar poder y cohesión interna, mientras la guerra en Ucrania continúa desangrando a Europa del Este y dejando a Rusia cada vez más aislada en la escena internacional.