Siete ciudadanos cubanos fueron deportados desde Rusia hacia la Isla tras ser detenidos en el distrito de Borovski, en la región de Kaluga. La operación fue ejecutada por la Oficina del Servicio Federal de Alguaciles, según informaron medios locales.

Junto a los cubanos, también fueron expulsados tres ciudadanos de Uzbekistán y tres de Tayikistán, localizados en otras zonas de la región, como Kaluga, Zhukovski, Kirovski y Dzerzhinski. Todos fueron sancionados bajo el artículo 18.8 del Código de Infracciones Administrativas de la Federación Rusa, que penaliza la violación de las reglas de entrada o permanencia en el país.

Antes de ser deportados, los migrantes fueron recluidos en un centro especial de alojamiento temporal, donde se les completó la documentación requerida para su salida del país. Posteriormente, fueron escoltados por funcionarios del Servicio de Alguaciles hasta distintos aeropuertos para abordar vuelos de regreso a sus países de origen: Cuba, Uzbekistán y Tayikistán.

El operativo fue resumido por el diario regional Vést con el titular: “Los ‘ilegales’ partieron de la región de Kaluga hacia Uzbekistán, Tayikistán y Cuba”.

Aunque las autoridades rusas confirmaron la deportación de los cubanos, no ofrecieron detalles sobre sus identidades ni las circunstancias individuales de cada caso. Solo se indicó que todos estaban en situación irregular y que la decisión fue tomada en coordinación con el Ministerio del Interior.

Este tipo de acciones no son nuevas en la región. El pasado 21 de agosto, se reportó la expulsión de 20 extranjeros por motivos similares y en junio se produjo otra operación en la que 17 personas fueron deportadas.

La comunidad migrante cubana en Rusia ha crecido en los últimos años, motivada por la búsqueda de mejores condiciones de vida o el intento de llegar a otros países. Sin embargo, muchos terminan enfrentándose a barreras legales, falta de documentos o restricciones migratorias que culminan en su deportación.

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