El presidente designado en Cuba, Miguel Mario Díaz Canel Bermúdez, y el Ministerio de Relaciones Exteriores del régimen manifestaron su apoyo a la decisión del gobierno de Nicaragua de denunciar la Carta de la Organización de Estados Americanos (OEA) y de renunciar a esta Organización.

Díaz-Canel consideró que Nicaragua daba otra vez “lecciones de soberanía y dignidad, valores escasos en estos tiempos” al adoptar la “valiente” decisión.

La OEA, indica esta jornada la prensa oficialista cubana, “ha callado en múltiples ocasiones ante golpes de estado en nuestra región, ha sido cómplice de intentos de aislamiento e intervenciones militares y ha apoyado agresiones económicas”.

Asimismo, el estatal Juventud Rebelde añade que “esa Organización fue el instrumento servil de Estados Unidos para orquestar el golpe de estado diseñado por ese país en el Estado Plurinacional de Bolivia, que incluyó el uso de la violencia contra cargos e instituciones electas”.

Las relaciones hemisféricas, reclaman, necesitan una transformación profunda que se base en el estricto respeto al Derecho Internacional y la Carta de las Naciones Unidas, incluidos los principios de autodeterminación e independencia de los pueblos, la no injerencia en los asuntos internos y la igualdad soberana.

De ahí que la dictadura “ratifica su apoyo y solidaridad con el pueblo y gobierno nicaragüenses. El único camino posible es la unidad e integración regional y el compromiso común con la Proclama de América Latina y el Caribe como Zona de Paz, firmada en La Habana en enero de 2014”.

Nicaragua anunció la víspera que dio "por terminado el vínculo" con la Organización de Estados Americanos (OEA), a la que acusó de actuar en contra de sus principios.

El ministro nicaragüense de Relaciones Exteriores, Denis Moncada, dijo que su país tomaba la "indeclinable decisión" de invocar el artículo 143 de la Carta de la OEA.

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